Los dungeon crawler clásicos son ese género que está casi extinto, principalmente porque cuesta innovar en ellos y llegar a un público más general, es decir, son casi extintos y, encima, bastante de nicho, aunque su público es fiel. De hecho, el título de hoy, Dragon Ruins II, es bastante difícil que llegue a un público general, pero los que amamos el género, estoy seguro de que lo vamos a disfrutar. Vamos, yo lo he hecho. Es de esos títulos que acabas echándote una tarde sin que te des cuenta, así que vamos a hablar de esta novedad de Graverobber Foundation.
Que comience una nueva era
Dragon Ruins II ya os adelanto que es un juego bastante sencillo, realmente, tanto a nivel jugable, como en todo lo demás apartados. Su premisa es: han pasado 1000 años desde que la era de los dragones se acabó, pero ahora se viven momentos tensos con su reaparición, sin embargo, cuando el mal emerge, también lo hace un grupo de héroes. Esos héroes son, ni más ni menos, que los que podemos añadir a nuestro grupo, con un máximo de 4, aunque de esto hablaremos después.
Por ahora, nos ceñimos a su historia, aunque más bien tendría que decir, sus historias. Dragon Ruins II se construye sobre una narrativa expandida a través de sus misiones y mazmorras. Cada vez que vamos a salir a explorar, debemos escoger una de las misiones que nos darán los diferentes personajes del título, siendo el mensaje de estas el objetivo, y un poco de parte de explicación del mundo. Al regresar, también tendremos un pequeño diálogo que acompaña, tanto a la personalidad como a la misión. Es cierto que no es nada del otro mundo, especialmente cuando te dedicas a repetir la misma mazmorra, pero dada la sencillez del título, esto es más que suficiente.
Hora de agruparse
A la hora de crear nuestro grupo de personajes, gozamos de una amplia variedad de personajes, cada uno con su propia clase, estadísticas y habilidades propias, así como tipos de arma. Aunque también es cierto que, lo importante, es como distribuyen los puntos de habilidad al subir y el equipamiento que pueden equipar. Las habilidades, cada 5 niveles, puedes escoger entre un pequeño conjunto que se te presentan, de manera que puedes aumentar las capacidades útiles de cada uno de ellos. Algo en lo que me gustaría hacer énfasis, es que aunque cambies los personajes, estos mantendrán su nivel, así que puedes ir cambiando entre ellos.
Para ir mejorándolos y ser más fuertes en las mazmorras, tenemos que básicamente ir por las diferentes mazmorras buscando equipamiento, dinero y ganando experiencia. Una vez en el menú de juego, podemos subir a los personajes cuando están al máximo de experiencia a cambio de dinero, y estos subirán sus estadísticas. Para complementar, además de encontrar equipamiento en las mazmorras, también podemos mejorarlo a mejores versiones a cambio de dinero. Cada personaje puede equipar un arma, armadura y 2 accesorios, y con eso tendrás que apanártelas.
Explorando ando, pero también farmeando
El juego se distribuye sencillamente en mazmorras, las cuales aceptamos para ir en busca de nuestro objetivo y regresar para ganarnos unos dineros y mejorar. El bucle de juego se basa en esto: matar, ganar, mejorar. Y es cierto que recuerda bastante a títulos más clásicos, que tenían ciertas mecánicas de juego similares, aunque también modernos. Es más, la mazmorra, la primera vez que entramos tocará explorarla y generar el mapa al completo (por suerte es automático) y aprendernos de memoria el punto en el que se encuentra nuestro objetivo en caso de que queramos repetirla para ganar dinero.
Durante la exploración vamos a encontrar trampas, pero también cofres con equipamiento y… enemigos. Por un lado, avisar que los cofres se generan cada vez que entramos a la mazmorra de nuevo, así que siempre puedes ir en busca de ellos en vez del objetivo. Para demostrar la sencillez de Dragon Ruins II, los combates del juego, lejos de los turnos clásicos, se realizan de manera automática. En la parte superior verás los enemigos disponibles, y debajo, tu grupo, y aunque sigue siendo turnos, estos son bastante más rápidos. Quizás me hubiese gustado ver un registro en alguna parte para llevar una cuenta de lo que sucede realmente, ya que te enteras poco, pero es suficientemente amigable el sistema. Y bueno, quizás un poco más de porcentaje de apariciones de objetos al matar enemigos, daría una buena dosis de dopamina al jugador.
Como pequeña ayuda externa, en el menú pre-mazmorra podemos comprar pociones por si mueren los miembros del grupo, ganzúas para abrir cofres de una y un objeto que permite teletransportarse en ambas direcciones, es decir, lo usas para volver a la ciudad, y al entrar a la mazmorra, vuelves donde estabas. Aunque bueno, siempre puedes pagar dinero para que un grupo de aventureros te rescate, pero te costará la mitad del oro que tienes. Si mueres, también perderás la mitad de tu dinero, pero también experiencia, así que piensa antes de adentrarte más.
Un mundo devastado
Si comparamos Dragon Ruins II con su anterior entrega (que no he jugado), encontraremos que el cambio gráfico es más que evidente. Básicamente, ahora sí tenemos mazmorras a nivel visual, variadillas, y de toque retro pixel art con un dithering bastante curioso. Debo confesar que aunque los entornos están bien y son sencillos, lo que más me ha llamado a nivel visual son los sprites, especialmente si nos damos una vuelta por el bestiario. El apartado artístico en este sentido es bestial.
También la música, me ha resultado un tanto… especial. Aunque somos héroes dispuestos a salvar el mundo, esta no transmite el mismo sentimiento, es más, por momentos es… triste, melancólica. Es casi como si la música te indicase lo realmente mal que está el mundo y que, tus esfuerzos, son para intentar levantar algo que realmente está en su peor punto. Y aun así, la música está muy bien llevada en el título, acompañando de una manera fantástica, dando ese punto atmosférico excelente.
Conclusiones del análisis de Dragon Ruins II
Dentro de los dungeon crawler que he jugado, Dragon Ruins II es quizás el más sencillo, sí, pero también de los más adictivos. Es un juego al que echarle horas tranquilamente, farmear, subir de nivel tu grupo, mejorar el equipamiento y volver de nuevo a la mazmorra. El bucle de juego es tan sencillo que el tiempo pasa sin que te des cuenta, y te enganchas casi sin querer, siendo que una vez lo acabes, el reto continúa… A mí, la verdad, es un título que me ha enamorado bastante en ciertos aspectos, especialmente con el sonoro, y con el que me he pasado varias tardes entretenido. Si queréis pasar un rato de «chill» con un dungeon crawler, Dragon Ruins II es una buena opción.
Nota: 8.5
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Graverobber Foundation
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