Desde que se anunció Ninja Gaiden: Ragebound, la verdad que he tenido bastantes ganas de probarlo, tanto por ser un Ninja Gaiden, como por el hecho de que sus creadores son The Game Kitchen, equipo responsable de Blasphemous. Y no solo eso, es que este año es algo así como el «Año del Ninja», saliendo hasta 3 títulos de Ninja Gaiden en este mismo 2025, franquicia que muchos dábamos por un poquito olvidada. También tiene un enorme factor a mi favor, y es que no es un metroidvania, es lo que podemos llamar un arcade modernizado y con una jugabilidad rápida, lo que lo convierte en algo más disfrutón para estas tardes de verano.
Una historia original y de casi el origen
Comenzando por la historia de Ninja Gaiden: Ragebound, esta nos presenta una segunda historia de lo que sería el momento inicial de Ninja Gaiden original de NES. Ryu Hayabusa recibe una carta de su padre en la que, tras su supuesta muerte, le deja a él la legendaria espada del dragón y le manda con arqueologo Smith a Estados Unidos. En esta entrega, justo cuando Ryu se entera, la aldea es asediada por los demonios, y deja a cargo a Kenji Mozu, su aprendiz.
Sin entrar mucho en spoilers grandes, cuando Kenji descubre se enfrenta a uno de los demonios en el reino demoniaco, este sale perdiendo y la cosa no pinta bien. Por suerte, o desgracia, allí se encuentra con Kumori, una ninja del Clan Araña Negra que se encuentra en la misma situación. Ambos llegaron hasta este punto cegados por la ira, creyéndose capaces de hacerles frente a los demonios y… fueron los demonios quienes les dieron caña.
Ahora sí, por suerte, Kumori llevaba encima un Kunai mágico que es capaz de hacer que el ser vivo que mates, pase a formar parte de ti. Entonces Kumori, que está inmovilizada, le pide a Kenji que acabe con su vida. De esta forma, se vincula con Kenji y pasan a «ser uno solo», cobrando sentido la palabra «Ragebound». De esta manera, Kenji tiene acceso a las habilidades de Kumori, pero esto ya lo explicamos después cuando toque hablar de jugabilidad.
Ojo, esto no es nada de spoiler, son los primeros compases del juego, así que no se alarmen, pero es un contexto importante para entender todo. La historia va mucho más allá, una en la que los protagonistas tendrán que pararle los pies a unos malvados planes que involucran demonios y humanos, pero que, por extraño que parezca, no es responsabilidad del Clan Araña Negra. Y lo cierto es que, sin extenderse demasiado, ni ser muy profunda, es una historia que se maneja buen rollo entre personajes, la evolución de ambos y es justo lo que se puede esperar de este tipo de juegos: motivación para aniquilarlo todo.
Lo clásico con lo moderno
A nivel jugable, Ninja Gaiden: Ragebound podemos decir que es como si jugarás a un arcade, pero con la fluidez de un juego moderno y con muy poco de frustración, pero la dificultad, para el final. Estamos ante un juego de plataformas y acción, que se decanta bastante más por la acción, exceptuando algunas secciones, y que destaca mucho por la fluidez que tienes para manejar el personaje e ir de un punto a otro.
En este sentido, con Kenji tenemos una jugabilidad «clásica de ninja», soltando espadazos a izquierda y derecha, con un salto que tiene la capacidad de rebotar sobre enemigos y proyectiles, así como parar estos últimos con su espada. Algo que me ha resultado también interesante, es que tienes la opción de esquivar rodando, con sus frames de invulnerabilidad, de manera que si te las apañas ni te tocan. Pero claro, he dicho «con Kenji», porque eso es lo inicial, pero una vez que Kumori está dentro de nosotros, somos capaces de usar sus kunais, herramientas ninja y una importante habilidad especial que se cargará a base de matar. Y como extra, Kumori es capaz de usar los artefactos demoniacos, de manera que podemos visitar «su dimensión» en algunas zonas, siendo estos momentos los más plataformeros. Quizás me han sobrado un poco los niveles con vehiculo, no los he sentido tan entretenidos, la verdad, pero es mi UNICA queja.
Rematando todo esto, tenemos los ataques de hipercarga, una mecánica de juego que la que dependemos en gran medida si nuestro estilo de juego es correr y matar, que es mi caso. Podríamos decir que son el equivalente a los ataques cargados (de hecho puedes cargarlo, pero perdiendo salud), solo que en esta ocasión hay enemigos con auras azules y rojas que al matarlos con el tipo de ataque correcto (Kenji y Kumori respectivamente) nos otorgarán una carga que se gastará en el próximo ataque. ¿Y por qué es importante? Bueno, estos ataques son capaces de matar todo lo que tienes delante, aunque tenga escudos, y contra los jefes, es capaz de mandarlos a besar el suelo y aprovechar para afilar nuestra espada con sus cuerpos.
Sinceramente, creo que es un título que respeta al máximo la franquicia la Ninja Gaiden, ofreciendo una jugabilidad rápida y desafiante a partes iguales, y que además tiene un control y respuesta excelente. Los niveles además duran una media de 10 minutos aproximadamente, así que se hace todo muy ameno. Pero esto no es todo, hay más cosas de las que hablar…
Personaliza tus desafíos
Nuestro buen amigo y viejo conocido Muramasa también está presenta en este título, y es que será el encargado de mejorar las habilidades de nuestros protagonistas, o simplemente, cambiar sus ataques. Durante los niveles encontramos diferentes coleccionables, como calaveras, pergaminos y escarabajos dorados, y también una serie de desafíos a cumplir en cada nivel, de manera que siempre hay algo extra que hacer y buscar.
Lo ideal es conseguirlo todo para desbloquear los niveles y accesorios en la tienda de Muramasa, pero lo más importante son los escarabajos dorados, ya que son la moneda de cambio. Con esto podemos comprar 3 tipos diferentes de cosas:
- Talismanes: habilidades pasivas que benefician al jugador
- Ojo, también hay talismanes negativos para hacer el juego más difícil, en caso de que te esté pareciendo poca cosa.
- Armas para Kumori: las guadañas iniciales son solo el principio, puedes comprar shurikens o un paraguas defensivo entre otras. Cuidado con el gasto de energía de cada una.
- Habilidades especiales: tanto ofensivas como defensivas.
Lo que más me ha gustado de los talismanes y las armas de Kumori, es que aunque al principio no parecen algo que vaya a cambiar demasiado la jugabilidad, cuando hemos avanzado bastante y vemos determinados jefes, podemos apreciar como algunas armas y talismanes podrían resultar ser muy beneficiosos. Y es que otra cosa a tener en cuenta, es que al acabar las misiones se nos otorga un rango, y a veces necesitamos un mínimo para desbloquear nuevos objetos en la tienda, así que echádle ganas y reventad todos los niveles al máximo.
Dificultad y accesibilidad
Comenzando por la dificultad, y lo que puede ser más o menos difícil, toca decir que la campaña base tiene una dificultad, digamos, normalita. Quizás algún jefe te puede matar alguna vez, aunque son diseños clásicos de patrones en los que el objetivo es aprenderte sus ataques, pero durante lo que es el nivel, exceptuando alguna caída al vacío o que te comas los pinchos (sello de The Game Kitchen) 1000 veces seguidas. Por suerte, los niveles cuentan con checkpoints en los que reinicias al morir. Los que busquen un poco más de desafío inicial, tendrán que acudir a los niveles desbloqueables de Operaciones Especiales, o bien terminar su primera partida para desbloquear el modo difícil.
Considero que, incluso, es un título accesible, y es que si te está costando el juego de por sí, no te preocupes. Desde el menú de opciones se pueden modificar algunos valores para hacer la experiencia más sencilla y no amargarte, puedes incluso recibir un 0% de daño. Aquí lo que The Game Kitchen plantea sobre la mesa es que es un título para todos los jugadores, para quienes quieren simplemente desean pasar una tarde entretenida, y para quienes quieren demostrar sus habilidades al máximo. Es más, permite rebindear controles a tu gusto, hasta el punto que yo me he hecho una configuración para jugarlo con teclado y ratón, aunque acabé usando el gamepad por comodidad.
Rejugabilidad: factor clave en Ninja Gaiden: Ragebound
Una de las cosas que más he apreciado en Ninja Gaiden: Ragebound es que el juego está bien separado con sus fases y no te obliga a continuar todas del tirón. Es decir, si quiero jugar a la fase 2-3, no tengo que empezar una partida y llegar, como sí podría suceder en un juego antiguo de estas características. Aquí contamos con un mapamundi en el que podemos escoger que nivel volver a hacer, sus desafíos y coleccionables, de manera que siempre podemos rejugar lo que queramos. Eso sí, convendría poder saltar los diálogos y cinemáticas cuando inicias de nuevo el nivel.
La rejugabilidad de manera general está basada en encontrar todos los coleccionables de cada nivel y cumplir con los desafíos, pero también el hecho de conseguir el rango S en todas las misiones, algo que puede llevarnos un poquito más de tiempo. Y claro, no olvidar que también se desbloquea el modo difícil, por lo que al final hay horas para echarle tranquilamente.
Eso sí, esto incluye también elementos desbloqueables, y no me refiero solo a lo que Muramasa puede vendernos, sino a cosméticos para nuestros protagonistas. Aún estoy terminando el juego en modo difícil, porque estoy de chill un poco, y no sé si desbloqueará algo más, pero casi seguro que sí. Para acabar esta sección, os digo también que el juego base (sin rejugar niveles, ni pararme a las operaciones especiales, solo 2) han sido en torno a 5 horas con tranquilidad.
Unos visuales y música a la altura
A estas alturas, no intentemos engañar a nadie, The Game Kitchen es un estudio al que se le conoce bastante bien, tanto por su arte en Blasphemous como su apartado musical. Y como no podía ser menos, Ninja Gaiden: Ragebound cuenta con un excelentísimo y detallado apartado pixel art tanto en personajes, enemigos, como en los niveles y sus fondos, así como en las animaciones. Incluso tenemos un nivel de gore aceptable (ojalá más) para cuando derribamos enemigos.
Sobre la música, es cierto que mientras estás jugando acompaña bastante bien, no está nada mal, pero como calificamos por aquí ultimamente las bandas sonoras: no es que una vez cerrado el juego me acuerde de ella. Ojo, que esto no quiere decir que sea mala eh, considero que es muy buena, pero para eso, mientras jugamos, que es digamos lo que importa.
Para acabar, como siempre, esta frasecita de que el juego ha funcionado de maravilla en mi PC pese a ser una versión anticipada y no he encontrado fallos, al menos que haya visto. Asi que todo correcto.
Conclusiones del análisis de Ninja Gaiden: Ragebound
The Game Kitchen lo ha vuelto a hacer, ha cocinado un tremendísimo juego y tanto Dotemu como Koei Tecmo han confiado en la gente correcta. Ninja Gaiden: Ragebound nos ofrece una experiencia de juego excelente, con justamente los elementos que la franquicia Ninja Gaiden más destaca: desafío (para todos) y jugabilidad rápida. Tiene su historia, decente para lo que requieren estos juegos, buenos personajes, es una buena modernización del género, se pueden adaptar controles y ajustar la dificultad, buenos niveles, jefes desafiantes y especialmente tiene un alto valor rejugable. Es que es un título que funcionaría incluso si no apelase a la franquicia Ninja Gaiden, aunque esto siempre suma puntos. Ya sabéis que cuando algo me encanta, al final me quedo con pocas palabras, así que simplemente deciros que lo compréis y lo disfrutéis tanto como he hecho yo.
Nota: 9.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Cosmocover.
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