Voidwrought – Un metroidvania cósmico
No sé si es el destino, pero aquí me encuentro ante otro título de uno de mis géneros favoritos, el metroidvania, y ya os adelanto, no es el único de este mes. Hoy vengo a hablaros de Voidwrought, un juego hecho por el pequeño equipo de Powersnake junto a Kwalee, que nos lleva en un viaje a una antigua civilización con ciertos toques lovecraftianos, en la que pelearemos con el fin de recuperar la vieja gloria de la ciudad, arrebatada por los dioses que ya no están entre nosotros. La verdad es que es un título que me he metido muy bien entre pecho y espalda, y con el que me he obsesionado ligeramente, así que aquí os traigo el análisis de Voidwrought con el fin de que vosotros también.
Del cascarón a liberar la Pirámide Gris
Voidwrought tiene una historia, la cual, confieso que me ha tenido un poco confundido sobre el origen de cada cosa, quienes somos o a quienes enfrentamos. Lo que sí sé, es que nuestra misión es ayudar a los viejos habitantes de esta ciudad sepultada bajo tierra que solo vemos cada 100 años emerger, junto a la gran estrella roja. Durante este periodo, son muchos quienes se animan a intentar explorarla, pero pocos son los que vuelven. Los misterios que esconde esta ciudad y la gran Pirámide Gris, es algo que solo los ecos de quienes la habitaron una vez, pueden llegar a conocer.
Nuestro objetivo es recuperar, por así decirlo, la gloría que esta ciudad tenía, previa a la infestación de la fe, hacía de los falsos dioses. Y de eso va este juego, de no dejar con vida a ni un solo tarado de estos dioses, romper el sello de la Pirámide Gris y ser nosotros quienes «se conviertan en dios» y ser la nueva esperanza de esta ciudad. Un poco rarito todo, no os voy a engañar, es de esos lores que igual necesitan un «explícamelo como si tuviese 5 años». Es cierto que el juego tiene varios NPCs de los que podemos sacar información, textos, un buen códice y mucho material de apoyo, pero es que cuando te pones a jugar, casi que te da igual, es tan absurdamente fluido y disfrutón que solo quieres seguir matando enemigos y descubriendo secretos.
Aun así, creo que es gracias a toda la historia que hay de fondo, y el contexto en el que sucede el juego, por lo que acaba siendo tan genial en más de una manera, y es que aunque le fallan otras, por lo general es simplemente encantador. No es que vengas a jugar por su historia, pero puede que sí, por su lore profundo. Dicho esto, vamos a ver como el vacío, estos dioses, heraldos y seres se dan la mano en cuanto a morir.
Voidwrought se inspira más en los metroidvanias modernos
Si hablamos de lo jugable, ahí creo que Voidwrought y yo nos hemos entendido de mil maravillas. Aunque soy más fan de los metroidvanias RPGs, nunca dejo de lado a los que son más orientados a una aventura más calmada, con menos grindeos, y más haciendo uso de las habilidades del protagonista. Me arriesgo a decir, que no falla en prácticamente nada en cuanto al movimiento y combate, aunque sí en dificultad, aunque eso lo tocaremos un poco más adelante.
El movimiento de nuestro personaje es muy fluido y rápido, responde genial a los controles y eso es simplemente una maravilla. Comenzamos con movimientos básicos, eso sí, saltar y desplazarse, pero según avanza el juego conseguimos nuevas habilidades. Entre estas, a nivel de movimiento, acabamos contando con el doble salto, un dash, escalar por las paredes, meternos en pequeños agujeros, deslizarnos, etc. Todas ellas, por supuesto, son necesarias a nivel de backtracking, pero también hacen en conjunto que el juego se vuelva muy muy fluido en movimiento.
Pasando al otro extremo, que es el combate, es cierto que es bastante sencillo, pero igual de fantástico en cuanto a fluidez. El personaje tiene un ataque básico en 4 direcciones, con el mítico rebote en enemigos al pegar hacia abajo, que resulta MUY útil para explorar también. A posterior, se le suma un ataque cargado y el uso de los artefactos, un «sistema de habilidades» que permite escoger entre 2 de ellas y que consumen una carga del vacío, las cuales se rellenan pegándote con enemigos o en un punto de guardado. Para terminar, puedes equipar hasta 3 almas, que otorgan bonificaciones pasivas de diferentes tipos, desde más salud, a mejores recompensas, e incluso inmunidad a cierto tipo de daño…
Para utilizar ambos sistemas al máximo, tendréis que explorar, ya que muchos se consiguen en la tienda mediante el gasto de Icor y algunos recursos extras que encontramos, pero también hay muchísimos, tanto artefactos como almas, que están perdidos por los rincones del mapa. Sin embargo, al menos en la versión jugada antes de su lanzamiento oficial, te va a dar un poco igual el uso de estos, ya que la dificultad es más bien tirando a fácil. Los jefes, aunque visualmente me han gustado casi todos, los combates se pueden hacer a lo masoca recibiendo daño, porque te sobra salud, y tu daño, si has explorado un poco, es bastante alto. De hecho, es más probable que tengas problemas con las llegadas al jefe, que ellos, pero bueno, es el único punto malo del juego. Y para rematar este problema, tienes un consumible que permite curarte, se mejora en usos y se regenera en cada sala de guardado.
Es un poquito, una pena que esto falle, porque el juego ofrece bastantes opciones a la hora de equiparnos estas habilidades y almas, y me hubiese gustado ver más allá que puede ofrecer. Pero combatir un jefe con la mejora de daño y eliminarlo a base de chocarte con él y pegarle, no permite que realmente puedas verlo. Si mejoran esto, SIMPLEMENTE ESTO, el juego ya sería un auténtico bombazo en el género.
Exploración libre
El diseño de niveles de Voidwrought es, digamos, abierto en cierto modo, o al menos es la sensación que transmite. Desde que completamos, digamos, el prólogo, nos dejan un poco a nuestro aire, sin objetivo fijo más que eliminar a los jefes y encontrar mejoras. No hay un camino excesivamente marcado, y el jugador irá de un sitio a otro. Hay veces en las que puedes encontrar un bloqueo, otras hay lugares en las que puedes acceder con diferentes habilidades, y otras incluso usando el golpe hacia abajo en un enemigo.
Existen los bloqueos duros por habilidad, en el sentido de que sí o sí, necesitas esa para avanzar, pero ocurre relativamente poco para lo que es el género, y otorga cierta sensación de libertad. Esto me ha llevado a perderme de manera constante, en el buen sentido, buscando los diferentes coleccionables de información, mejoras de salud, habilidades activas, almas, los emisarios flautistas, etc. Son bastantes las cosas que hay por el mapa, y casi siempre que exploras vas a encontrar algo, aunque sea un material más para comprar en alguno de los NPCs.
Debo destacar que existen misiones secundarias a lo largo del juego a las que debemos prestar atención, pues algunas de ellas otorgan beneficios a nuestro personaje que son muy interesantes, y que permite incluso terminar de hacer una exploración decente. Recomiendo muchísimo revisar el inventario y los NPCs amigables con los que encontremos, pues no solo hay misiones, también hay muchísimos secretos a lo largo del juego.
Para finalizar, nuestra base principal, por así decirlo, se puede mejorar. Una vez que tenemos los seguidores de nuestro lado, podemos comenzar a excavar diferentes salas y rincones, de manera que se amplía, y ojo porque es obligatorio. No dejéis pasar ni un solo sitio sin excavar y revisar, así como poner marcadores en vuestro mapa si véis algo raro.
Una extraña ciudad, pero bonita
Otro gran punto de Voidwrought es su apartado artístico, el cual refleja perfectamente su ambientación a nivel de lore, y ofrece terribles paisajes, pero bonitos, a la vez que mucho escenario estilo ruinas antiguas, y que consigue transmitir, a su vez, una sensación… inquietante. El arte está hecho totalmente en 2D, está muy bien trabajado y las animaciones y demás están muy trabajadas. De hecho, hay partes del juego que han conseguido hacerme sentir… pequeño.
A nivel musical, el juego cuenta con las composiciones de Jouni Valjakka, compositor de Anima Song of the Abyss y Vigil: The Longest Night, y la verdad que está bastante bien en todo momento. No las voy a estar cantando por mi casa, pero acompañan al juego de sobremanera, y más con los combates de jefes.
Sobre fallos y rendimiento, debo decir que todo de maravilla. No he sufrido ningún fallo extraño, ni bajón de FPS ni absolutamente nada. Lo que sí tengo sospechas es que la traducción puede tener algún fallo, pero no voy a estar jugando y comparando idiomas, perdónenme, pero no soy de QA Localization.
Conclusiones del análisis de Voidwrought
Voidwrought es un juegazo de principio a fin, y yo personalmente lo he disfrutado muchísimo. Me llevó en torno a 5 horas completarlo de base, pero calculo que puedo doblarlas explorando todo de nuevo y buscando secretos, que muchos los tengo a medias. El viaje que he hecho por Voidwrought ha sido bastante disfrutón, con una sensación extraña de inquietud y preguntarme ¿Pero qué está pasando? La cosa es que el único fallo de Voidwrought es su baja dificultad, porque en exploración, combate y movilidad, es una auténtica delicia que difícilmente olvidaré de cara a jugar otros metroidvanias. Vamos, que os lo recomiendo con mucho cariño si os gusta este tipo de juegos.
Nota 8.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Kwalee.
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