22 de noviembre de 2024
Indika

Análisis Indika – PC

Reza por el Diablo

Os aviso de antemano que voy a intentar no soltar ningún spoiler sobre Indika que os fastidie la experiencia de jugarlo, pero creo que va a ser inevitable no tocar ciertos puntos de la historia de esta monja que aunque su nombre suene parecido a cierta especie de la planta de Cannabis, las sensaciones sí que al final resultan muy similares entre una y otra, sobre todo en algunos de los efectos que ambas causan, como son sensación de lentitud en el paso del tiempo y somnolencia.

Con esto no estoy en absoluto invitando a nadie a consumir Cannabis y menos aún decir que los videojuegos son una droga, aunque seguro que en algún canal de televisión o medio no especializado en los videojuegos, tergiversarían mis palabras de alguna forma para que pudiera parecer que así es. Pero lo que trato de transmitir con esta comparativa es que, aunque el segundo título desarrollado por Odd Meter y en esta ocasión con 11 bit studios como editora, cuenta con un llamativo y en parte atractivo reclamo para su consumo, al final da un bajón que en mi caso, aún no me he recuperado y no se si ha compensado este «viaje».

Indika

Eso sí, me ha hecho volver a plantearme a ciertos aspectos filosóficos y religiosos que creía haber dejado atrás en una fase de mi vida de autodescubrimiento, donde buscaba deshacerme de mis demonios, haciendo preguntas de las que no obtuve respuesta y en la que sí, me causaron más preguntas y dudas. Esto me llevó a abandonar todas aquellas cuestiones que realmente no me dirigían a ninguna parte y me puse dar respuesta a mis necesidades más realistas y palpables, aunque eso significase que tuviera que seguir luchando contra mis propios demonios.

Quizás este viaje también lo hayáis vivido muchas de las personas que estáis leyendo estas líneas y me entenderéis, mientras que otras, que por suerte no lo hayan vivido, lo habrán pasado de largo por falta de interés o por cualquier otro motivo, ahora mismo se estarán preguntando cuando diablos comenzaré a hablar de Indika. Tranquilos, ya llega, pero antes dejadme que os diga que este juego precisamente trata sobre eso, un viaje de autodescubrimiento que nos plantea aspectos religiosos y filosóficos poniéndonos en la piel de una monja con un misterioso pasado y con un compañero de viaje: el mismísimo Diablo.

Indika

Ruega por nosotros, pecadores

En una ucronía situada en una surrealista Rusia del siglo XIX, iniciamos nuestra aventura en un convento donde la joven monja llamada Indika tiene visiones de lo más extrañas y también sensaciones que la llevan a vivir momentos de lo más extraños y confusos. A todo esto, una voz retumba en su cabeza y no puede evitar tener constantes conversaciones con quien para ella claramente es el mismísimo Demonio, Belcebú, Diablo, Lucifer… llamadle como queráis, pero la antítesis de, «Oh Dios» todopoderoso y omnipotente, siempre responderá a cualquiera de los nombres que se le de con ironía y con mucha picaresca, tratando de en este caso, abrir los ojos de la más que perdida Indika sobre sus creencias.

A lo largo de veinte actos, con niveles de lo más variopinto y estéticamente por veces grotescos y retorcidos, este título roza la crueldad en muchos aspectos en algunos casos, pero no transmitiendo realmente horror o terror a nivel estético, eso lo deja en el trasfondo de muchos de los personajes secundarios que nos iremos encontrando, que pese a su apariencia humana, serán en la mayoría de ocasiones, monstruos con los que tendremos que lidiar, empezando por las monjas del convento, soldados heridos o a punto de soltar su último aliento, así como otro tipo de monstruos que lamentablemente existen en nuestro día a día.

Indika

En algunos casos viviremos a través de los brillantes ojos de jade de Indika, muchas situaciones que nos serán familiares y que rompen con todos diez mandamientos, además de mostrarnos los siete pecados capitales. Pero entonces es donde entra el Diablo y trata de jugar con nuestra mente, aunque quizás no sea él jugando, si no nuestra conciencia queriendo sacar a flote sentimientos y emociones reprimidas, no solo por la vida en el convento desde pronta edad, si no por situaciones vividas en el pasado y que como a todos, también a Indika le resultan ser una especie de demonios que no dejan de perseguirla.

Pecados de juventud, algunos cometidos por ella, otros simples imprudencias que han repercutido en pecados de terceras personas, pero que la salpican como el agua de alguien que se zambulle de golpe en el mar. Todo eso lo iremos viviendo también, de una forma muy interesante y con una estética que se sale de la forma en la que se muestra el juego, pero que resulta tan curioso como sirve de alivio en las, por momentos, largas caminatas por los escenarios.

Algo que también sirve de alivio son los puzles del juego, simples, quizás en exceso, donde si llegáis a bloquear en alguno, es por querer buscar complicaciones donde no las hay, todo es más simple de lo que parece a simple vista y a veces basta con pararse a mirar bien a tu alrededor y no estar persignándote constantemente y rezando, esperando un milagro, aunque eso da puntos si se hace en el momento y lugar correctos.

Además, sirve para comprar coleccionables y subir de nivel a nuestra cada vez más confundida monja en un árbol de habilidades que no nos llevará a un clímax religioso al final de este, pero sí que en un momento dado, nos mostrará tal y como es/somos.

La llamada

Como dije al principio, no quiero hacer spoilers de la historia de Indika, pero el viaje de esta monja, comienza con la entrega de una carta, que si jugasteis a la demo, sabréis sobre su contenido y que se convierte en el punto de inflexión en el que las dudas sobre una vida dedicada a Dios con fé ciega, comienza a tambalearse y da paso, junto a lo que parece ser un inevitable objetivo al cruzarse con un preso en busca de redención y que cree ser el elegido del Todopoderoso, en su particular cruzada.

A partir de ahí, Indika acompañará a este preso, vivirán un viaje para ambos inolvidables, emotivo, pero a la vez con miedo y con crisis de fe constantes donde ambos se verán al límite en muchas ocasiones y donde el Diablo pondrá contra las cuerdas con mucha filosofía y mazazos a las creencias religiosas, con mucho trasfondo espiritual y psicológico, que como no podía ser de otra manera, se basa principalmente en obras del escritor ruso Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, en particular «Los demonios», «Crimen y Castigo», «Noches Blancas» y «Memorias del Subsuelo», entre otras. Lo cierto es que la inspiración es clara, principalmente en los momentos en los que el juego profundiza en el existencialismo.

Y sobre eso es lo que principalmente gira todo en Indika. El descubrimiento de nosotros mismos a través de lo más terrenal, la filosofía y lo religioso, mostrándonos al final de un viaje en el que todo nos va a llevar a que descubramos quién es realmente Indika, aunque no lo deja del todo claro, o quizás sí. Quien sabe si a lo mejor lo que busca este título es que nos descubramos a nosotros mismos.

Pensaréis que se me ha ido la pinza, pero os invito a que juguéis Indika y que tras jugarlo durante las más o menos seis horas que dura y vivir su final, me digáis personalmente si se me fue o no.

Pero no os olvidéis de en el camino hacia las respuestas que recibáis, ir rezando por los que ya no están, si os encontráis perdidos o mientras encendéis velas para mantener viva la llama de vuestra fe. O simplemente pecad y haced lo que es «correcto»… pero no os preocupéis, que el juego tampoco os deja saliros mucho del guión, como mucho, podréis tomar un par de caminos diferentes, pero como se suele decir, todos los caminos llevan a Roma… o a mostrarte como realmente eres en primera persona.

Algo que me he guardado para el final, es el hablar de los niveles pixel-art que incluye el juego, todos referentes al pasado de Indika y que resultan muy coloridos y llamativos, en contraparte con la paleta de colores y tonalidad, por otro lado normal, que se ha escogido para la actual vida de la monja. En este caso, los momentos pixel-art resultan ser una suerte de minijuegos, algunos de ellos basados en títulos clásicos y que sin mucha complicación, nos ayudarán a entender mejor los motivos por los que Indika entró en un convento.

Apartado técnico

Ya en los videos que se mostraron en su momento, pero fue principalmente en la demo que estuvo disponible, donde Indika mostró todo el potencial del motor Unreal, que si muchos aspavientos, pero sí un apartado artístico muy trabajado, este juego sobresale de una forma increíble, casi abrumadora, pero esa sensación desaparece donde al final se ve que todo es un escenario estático en el que solo nos vamos a mover de pasada y sin apenas iteraciones salvo alguna excepción. Lo mismo sucede con los personajes, que como mucho nos vamos a cruzar una veintena.

Eso sí, de esa veintena, muchos de ellos tienen una calidad descompensada, mostrando a veces rostros muy logrados técnicamente y con una captura de movimiento que nos dejará atónitos, mientras que en otros momentos nos llegarán a parecer modelos de PlayStation 3. Algo que sí ha sorprendido muy gratamente a mi retina, ha sido el modelado de ropa, con unos efectos de tela, sobre todo en los hábitos de Indika, que parecen tener un toque divino.

Como suele ser habitual, si en Unreal se sabe hacer bien el trabajo, los efectos de luz resultan increíbles y aquí no iba a ser menos, pero no siempre funcionan y en parte se debe al apartado artístico escogido, que no explota del todo visualmente lo que debería en ciertos momentos.

Por otro lado, los escenarios y personajes hechos en pixel-art, resultan muy atractivos y están bien diseñados, llegando a sentirte como un juego de 16bits, con unos controles que funcionan muy bien.

En el aspecto sonoro, ya sea en los momentos que el juego es en tercera persona o cuando nos tocan los minijuegos en pixel-art, todo funciona acorde y te llegas a acostumbrar a ciertos sonidos que aparentemente nada tienen que ver, algo que sobre todo ocurre con la música, que busca retorcer nuestra mente con temas que parecen no tener nada que ver con lo que estamos viviendo, pero que todo forma parte de la sorna e ironía con la que nos trata el juego.

Lo más relevante de todo sin duda alguna son las voces del juego, en inglés o en ruso, pero igual de potentes en ambas versiones y donde siempre vamos a sentir las motivaciones, dudas, miedos e inseguridades de algunos de los personajes, frente a la imponente seguridad y firmeza con ciertos toques de sarcasmo del Diablo, o la evolución de Indika. Por suerte para aquellos que no tienen ni idea de inglés o ruso, el juego viene totalmente traducido al español, tanto en los menús, como en los diálogos.

Conclusiones de Indika

En Indika, como se suele decir, no es el final, es el camino, pero para ser sinceros, a veces el camino me dejó como el final, un tanto frío y no por lo que el juego ya deja ver desde momentos muy tempranos, si no porque a última hora uno siente que tras mucha paja filosófica de autodescubrimiento y temas religiosos, no hay nada más que un walking simulator con 20 puzles que no resultan reto alguno, no hay terror de ningún tipo, solo algunos momentos semi-grotescos, y que visualmente parece una tech-demo de Unreal.

Tanto el tráiler como la demo supieron vender muy bien unas mecánicas que luego no volvemos a encontrar, como son la bicicleta steampunk o los niveles que todo se vuelve rojo y donde entramos en sintonía con el Diablo, que rezando o dejando de rezar, podemos avanzar en el nivel, siendo esto quizás lo más interesante en esa dupla Indika/Diablo, pero lamentablemente no se vuelve a tocar, aunque la presencia del Diablo siempre está presente.

Sinceramente, podría recomendaros leer a Dostoyevski y otros escritores del género si os interesan los temas que toca el juego, de seguro os tocaría mucho más la fibra y llevaría a que os hicierais realmente muchas preguntas, pero si no sois de leer y además tenéis algún tipo de parafilia con las monjas, ya estáis tardando en haceros con Indika.

Nota: 7/10

*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Evolve PR.

Foto del avatar

Joshkerr

Gamers never quit, we simple restart. Ludo, ergo sum. Master Race sin RGBs, modder, padre de gatetes, me flipan los Porsche, devorador de cómics y libros, cinéfilo, "seriéfilo" y enamorado de las pelirrojas

Ver todas las entradas de Joshkerr →

Deja una respuesta