Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, la gran sorpresa
Hace cosa de un año si no me equivoco que se anunciaba Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, un nuevo título de Capcom que nos llega este 19 de julio y el cual creo que nos llamó la atención a prácticamente todo el mundo porque su primer anuncio era un despliegue artístico en toda regla. Por aquí hemos tenido la suerte de poder disfrutarlo antes de su lanzamiento para comentaros nuestra experiencia, y sinceramente, Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es mucho más que solo arte en pantalla. Es por eso que, como es costumbre, os voy a desgranar en este análisis lo que vamos a encontrar en Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, ya que creo a muchos os va a ayudar a decidir sobre su compra, y si no, al menos, a entender el juego más allá de los vídeos.
Una historia de dioses, monstruos y sacrificios
Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es un juego basado en la cultura japonesa por completo junto al principio moral japonés de la armonía, conocido también como Wa. Con esto como base, el juego nos trae lo que viene siendo una historia sencilla, pero que, a su vez, puede llegar a ser incluso emotiva. En el juego tomaremos el papel de Soh, quien debe luchar junto a la doncella Yoshiro, quien a su vez intenta mantener la paz en las aldeas de la montaña con su devoción a la diosa Yamagami. Sin embargo, podemos confirmar que no esto no es suficiente, y el desequilibrio que los aldeanos generan en el entorno, ha atraído a los arreptos, quienes han conseguido las máscaras sagradas y se han hecho con el templo.
Nuestro principal objetivo es recuperar esas máscaras sagradas, limpiar la corrupción que los arreptos han extendido por la montaña, y volver al templo para recuperarlo. Algo que más bien podemos interpretar como una prueba de la diosa para ver si realmente somos dignos de seguir viviendo en paz y armonía en las montañas. La cosa es que somos los únicos que podemos terminar con todo esto, y debemos superar el arduo camino bajando la montaña, para luego volver a la cima y reclamar la tan esperada paz expulsando la corrupción del todo.
A diferencia de otros juegos, Kunitsu-Gami: Path of the Goddess se basa enteramente en su actuación para avanzar narrativamente, junto a un par de pergaminos que debemos interpretar para encontrar un poco más de contexto. Si al final te pica la curiosidad sobre los elementos del juego, tienes a tu disposición las tablas Ema, que ofrecen información detallada sobre los personajes, enemigos y prácticamente cualquier elemento del juego. De hecho, diría que estas tablas resuelven incluso dudas que tengas sobre Soh, Yoshiro, las máscaras o incluso los enemigos.
Así que no me vengáis luego con que no habéis entendido el juego, porque los elementos para hacerlo existen. Quizá no es el punto más fuerte, en el sentido de que no tiene una «gran historia», siendo esta más una experiencia y excusa para mostrar puro arte en pantalla a cada momento. Aunque como digo, no todo es solo bonito, y es que en lo jugable, Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, también es prácticamente una obra de arte muy bien equilibrada.
Sobrevive hasta un nuevo amanecer
Quienes hayáis seguido un poco más de cerca Kunitsu-Gami: Path of the Goddess, ya sabéis que se trata de un juego híbrido entre acción y estrategia, siendo esta parte muy estilo «tower defense», es decir, colocando unidades y dejando que estas se encarguen de realizar su tarea. Es más, está disponible una demo que sirve perfectamente para engancharos a la fórmula que nos ofrece el juego, aunque ya os adelanto que hay mucho más que lo que se ve en ella. Y no os voy a engañar, fue esa misma demo la que me dejó con ganas de ver finalmente que es lo que encontraríamos en el juego, así que vamos por partes.
Lo primero que me gustaría decir, es que el juego está separado en distintos niveles individuales, los cuales tienen una fase de día/noche, y al acabarlos, se convierten en una nueva base, aunque un poco destrozada, pero una base. De esto último hablaremos un poco más adelante. Ahora bien, una vez nos metemos en cualquiera de estos niveles, generalmente tenemos unos objetivos muy parecidos, a excepción de los niveles de jefes, que son directamente eso, combates.
Durante la fase de día, nuestro objetivo es purificar los núcleos de corrupción y salvar a los aldeanos para poder convertirlos en unidades de combate. Al purificar todos los núcleos obtendremos una recompensa de equipamiento, a veces relacionado con ese mismo nivel, o que puede servirnos de manera general para todo el juego, así mismo, purificar la corrupción nos otorga cristales que se usan como moneda de cambio para asignar roles a los aldeanos y trazar el camino para Yoshiro. Por la noche, los arreptos se abren paso por los torii malditos, y tendremos que acabar con ellos para conseguir más cristales y trazar más camino. Yoshiro, eso sí, se moverá bailando por dicho camino únicamente de día, y si trazamos un camino muy largo, siempre sabremos hasta donde llegará antes de acabar el día, así sabes si debes decirle que se pare, o si finalmente llega a la puerta para purificarla.
El bucle de juego es bastante claro de principio a fin, y no esconde mucho misterio. Sin embargo, el juego se las ingenia para que no haya sensación de repetición en prácticamente ningún momento y ofrecernos la suficiente variedad para permanecer enganchados. Para crear esta sensación de variedad, Kunitsu-Gami: Path of the Goddess ofrece lo que podemos decir, variantes jugables de los niveles. En ocasiones tendremos que escoger uno de los caminos disponibles para Yoshiro, en otros iremos en embarcaciones, también tendremos que pelear únicamente con Soh, depender únicamente de los aldeanos o incluso niveles dependientes de la luz de los faroles entre alguna cosa que puede que me olvide. En vez de usar el mismo diseño de nivel de forma constante, como pasa en muchos juegos de estrategia, aquí varían el diseño y las mecánicas que tendremos que emplear para conseguir acabar el nivel de una manera satisfactoria. A mí, personalmente, esto me conquistó desde el primer momento.
Ordena, delega y espera la victoria
Ahora vamos a pasar a hablar de la jugabilidad, la cual sinceramente ya os adelanto que es sencilla, pero tiene sus cositas. Esto lo digo porque si tienes miedo de que se te vaya a dar mal, o no te gusta demasiado la estrategia, estate tranquilo, porque el juego se aprende muy rápido y los controles son muy sencillos. Además, que no estaremos dando órdenes de manera constante, por lo que al final hasta se agradece, porque en combinación de estrategia + acción, creo que es simplemente perfecto. Antes de pasar a comentarlo todo, añadir que el único recurso real a gestionar son los cristales y las raciones, con las que nos podemos curar a nosotros y las unidades, y las podemos obtener, principalmente, purificando la fauna del nivel. Y a esto, solo añadir que tenemos un límite, aumentable, por supuesto, para llevarnos entre fases en caso de que sobren.
Voy a comenzar hablando por las unidades, ya que al final son casi menos complejas que el control de Soh. Una vez que sacamos a los aldeanos de la corrupción, los convertimos en las unidades que queramos y/o tenemos disponibles a cambio de cristales. Al principio del juego manejaremos unidades básicas como el leñador y el arquero, pasando por «versiones avanzadas» de estas, hasta chamanes curativos, unidades que llamarán la atención del enemigo, cañoneros o ladrones que abrirán cofres que hay por el nivel para obtener más recursos. No os las quiero decir todas para evitar spoilers de algunas en específico, pero en total hay 12 clases disponibles para cuando acabas el juego. Colocarlas en el nivel es bastante sencillo, al abrir la interfaz de unidades podemos ir rotando entre ellas y simplemente le daremos una posición a la que ir, no hay más.
Por supuesto hay que tener en cuenta también las mejoras de las unidades, las cuales ofrecen más potencia y salud, pero también habilidades extra que son de mucha ayuda en el combate. Para ello necesitaremos Musubi, que se consigue básicamente completando misiones, de los cofres de las fases y, especialmente, como recompensa por completar los objetivos secundarios de las misiones. Podéis restablecer en todo momento las mejoras hechas para invertir el Musubi en otra parte, así que no tengáis miedo de experimentar.
Cuando digo que es sencillo, es que lo es, lo más complejo es en niveles avanzados que igual, tienes que rotar la posición de estos y tener en cuenta por donde vienen los enemigos, o calcular muy bien los movimientos y área de acción. Esto no quita que tenga cierta complejidad escoger las unidades correctas según los enemigos que vengan, de hecho igual os toca reiniciar la fase porque habéis escogido unidades incorrectas. Y es más, tampoco es un juego fácil ni difícil, ya que una vez dominas la fórmula, es bastante fácil prever y saber qué unidades poner en combate, además de la ayuda que ofreces con Soh, pero sí que es cierto que lo más complicado se queda para el modo NG+, donde ya hay que dominar y tener mejoradas unidades antes de combatir.
Soh, comandante y verdugo
Por otro lado, Soh no es solo un comandante ordenando a sus tropas, también tiene la capacidad de usar su espada para aniquilar las oleadas de arreptos que entran por el portal torii. Y sorprendentemente, usar a Soh hace que el juego se convierta en un juego de acción bastante interesante, ya que aunque al principio contamos con movimientos muy «limitados», más adelante se puede mejorar a Soh adquiriendo nuevas habilidades de combate, como estilos de lucha y nuevas herramientas de combate como el arco. Lo que al principio parece poco y básico, en cuanto disponemos de las mejoras de Soh, gana mucha profundidad y diversión.
De hecho, aunque las comparativas son odiosas, usar a Soh con ciertas habilidades, podría casi ser un equivalente a un «soulslike», con énfasis en el casi. Hay que gestionar la resistencia que nos permite defendernos, hay que saber esquivar en el momento ideal, existen los bloqueos perfectos y contrataques, y lo más importante, reducir la energía de los enemigos nos permite incluso hacer un ataque especial que hace considerablemente más daño. Los arreptos además están conformados por rangos, de manera que tenemos los enemigos más débiles, los fuertes y posteriormente minijefes, los cuales sin la ayuda de Soh, son especialmente difíciles si no estás atento y pueden cambiarte el rumbo de la batalla. Y cuidado, la muerte no es el final, ya que simplemente pasaremos a estado espiritual y tendremos que esperar a revivir, aunque eso sí, podemos seguir comandando las unidades. El auténtico final es que acaben con Yoshiro.
Pero Soh no solo se equipa con nuevas habilidades, también dispone de las guardas de su espada y los talismanes mazo. Las guardas nos permiten ejecutar diferentes habilidades en el campo de batalla, tanto ofensivas como defensivas, y mediante las mejoras podemos equipar hasta 3, así que al final cuentas con un buen arsenal de batalla, aunque tendrás que esperar a que se recarguen. Por otro lado, los talismanes mazo juegan un papel bastante importante en la construcción de nuestro personaje, ya que nos otorgarán diferentes bonificaciones pasivas, tanto a nosotros como a los aldeanos, e incluso puede que algún efecto extra un tanto particular. Añadir que ambas se consiguen jugando, sin mucho misterio la verdad.
Kunitsu-Gami: Path of the Goddess también ofrece un buen equilibrio de juego entre la estrategia y la acción con Soh, siendo que en muchos combates importantes quien tiene el papel más importante. Y de hecho, si os da por jugarlo, veréis que es un híbrido que roza la perfección en su ejecución.
Un diseño que incentiva el completar
Por lo general, yo no suelo ser muy completista, a menos que haya incentivos de verdad dentro del juego para ellos, es decir, que no sea hacer cosas por únicamente sacar un trofeo de platino. De hecho, casi nunca he mirado los trofeos que tiene un juego, es algo a lo que le doy un valor nulo. Pero Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es listo, muy listo, y sabe cómo hacer para mantenerte enganchado de diferentes maneras y que siempre tengas una recompensa a cambio a menos que lo hayas hecho todo ya.
Cuando acabamos una fase, como dije, este se vuelve una base de operaciones en la que podemos ver a Yoshiro y recibir cristales como ofrenda, guardar partida, consultar los pergaminos de historia, cambiar nuestro equipamiento o mejorar las unidades. Además, también podemos repararla mandando a los aldeanos a reconstruir, siendo el tiempo de espera simplemente hacer alguna fase más, y obtendremos más Musubi o tablas ema como recompensa, pero al reparar la base completa nos darán un extra bastante importante, aparte de aumentar nuestro límite de recursos.
Por otro lado, está el hecho de los objetivos secundarios de las misiones, los cuales sabremos una vez que hemos terminado por primera vez. De esta manera, podemos rejugarlo para adquirir más Musubi, talismanes mazo o la recompensa que corresponda. Como ventaja para rejugar, los aldeanos ya están salvados de la corrupción y se guardan las recompensas obtenidas de los templitos, de manera que solo nos dedicaremos a lo que corresponde. Así que, si os da por rejugar, de cara a futuros niveles, también iréis con mejores unidades y posiblemente equipamiento. Los combates contra jefes también tienen un reto opcional, más orientado a aprender cómo derrotarlos lo antes posibles, y con jugosas recompensas.
Para terminar este ciclo de rejugabilidad, como ya comenté, está disponible la nueva partida +. El juego base han sido cerca de 15 horas, en parte porque, aunque no he hecho el 100% de secundarios, sí que hice gran parte, pero los más completistas y amantes de los retos van a encontrar aquí otra cantidad de horas bastante buena, pues los mapas son más difíciles, pero también hay nuevos objetivos secundarios con recompensas. Efectivamente, llevándote también a este modo los desbloqueos y mejoras obtenidos, así que tampoco empiezas desnudo.
Kunitsu-Gami: Path of the Goddess entra solo por los sentidos
Mirad, ya sabéis que para hablar del tema artístico soy un negado y no valgo, y mis comentarios suelen ser bastante básicos a menos que sea algo técnico lo que hay que comentar. Es un campo del que no entiendo nada, pero que queréis que os diga, me parece que Kunitsu-Gami: Path of the Goddess es completamente una experiencia. Ya no es que sea un juego que es muy bonito de ver, que es espectacular, es que por ejemplo los diseños de los enemigos importantes me han parecido algo bastante superior respecto a otros títulos que muestran enemigos «similares». Además, todo viene bastante bien acompañado por una música que, quizá no vaya a recordar todas las pistas, pero alguna que otra estoy seguro de que sí, y aportan muchísima tensión a la batalla. Todo ello acompañado por los movimientos dancísticos de los personajes hacen que todo sea auténtico arte. Además, incluye un modo foto muy fácil de acceder que hará el disfrute de todos aquellos que les guste la fotografía digital.
En cuanto a lo técnico, he jugado tanto en el modo calidad como rendimiento, y he llegado a la conclusión de que al menos en PlayStation 5 lo mejor es jugarlo en calidad. No se pierde nada de la experiencia jugable, va como un tiro y encima podrás disfrutar de mayor calidad en sus modelos y paisajes. También hay que decir que, para haberlo jugado con muchísima antelación, más de la que pensáis, no he tenido ningún fallo grave o algo raro.
De manera general, he tenido una experiencia bastante buena a la que, quizá, solo he echado en falta algún tipo de tabla de clasificatoria con información sobre los daños de las unidades o similares. Soy un amante de los números y bueno, creo que es lo único que he echado en falta, porque por todo lo demás, tremendo juegazo nos trae Capcom.
Conclusiones de Kunitsu-Gami: Path of the Goddess
Sin duda alguna, Kunitsu-Gami: Path of the Goddess ha sido para mí una de las grandes sorpresas de este año, es un juego bastante disfrutón y entretenido, el cual pensaba que me iba a echar para atrás debido a su género, pero que la mezcla de estrategia y acción está integrada de una manera excelente. Es sencillo de entender y dominar, ofrece una jugabilidad muy fluida y creo que los combates individuales, en ocasiones, te dejan con ganas incluso de más, de querer ver otra secuela o incluso un título más orientado a la acción. Hay muchísimo potencial en Kunitsu-Gami: Path of the Goddess mires por donde lo mires, y aunque ya ofrece una sólida experiencia, uno quiere ver mucho más. Simplemente os recomiendo que no dudéis y le deis una buena oportunidad, os aseguro que no os vais a arrepentir.
De hecho, yo voy a seguir a terminarme el NG+ del título como un buen masoquista, ya que el vicio continua, incluso posterior a su análisis. Y bueno, perdón por la chapa que os he dado en la review.
Nota: 9/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Plaion.
