Like a Dragon: Ishin! – Un viaje personal, pero también de entretenimiento
No soy yo muy conocedor de la franquicia Yakuza, siendo que realmente solo he jugado a la entrega anterior a esta, el spin-off Yakuza: Like a Dragon, y porque me tocó analizarlo, y me gustó, aunque centrándome más en lo principal. Es una franquicia en la que nunca me he querido meter debido a que apuesta mucho por el contenido secundario, algo que a mí no me llama demasiado, por el tiempo del que dispongo. Ahora, he tenido la oportunidad de jugar otro spin-off, Like a Dragon: Ishin, que también es bastante diferente en jugabilidad, apostando por un juego de acción RPG, solo que esta vez se trata de un remake de la versión de PS3/PS4 que nunca salió de japón si no me equivoco. Like a Dragon: Ishin! además cuenta con una ambientación que me encanta, el japón en la época del periodo Tokugawa, aunque más bien al final de este, motivo por el que podemos encontrar a los británicos en el juego, así como diferentes armas de fuego, y no únicamente armas de filo. Pero bueno, no voy a andar con más rodeos, vamos con el análisis de Like a Dragon: Ishin!.
Una historia sobre política, venganza y traición
Vamos a comenzar el análisis de Like a Dragon: Ishin! por lo que, bajo mi punto de vista, es el punto fuerte del juego, su trama. Generalmente, soy reacio a que me den la chapa en videojuegos con su historia, a menos que sea algo que me interese mínimamente, así como pasarme leyendo o viendo cinemáticas más tiempo que jugando. Por suerte para Like a Dragon: Ishin!, cuenta con una ambientación que me gusta, pero es que encima la trama se desarrolla de una manera excelente de principio a fin, con temas muy interesantes, y por supuesto, de los mejores personajes que he visto en videojuegos.
Básicamente, tomaremos el papel de Ryoma Sakamoto, que vuelve a sus tierras, Tosa, después de un tiempo fuera entrenando duramente, para encontrarse con su padre y su hermano, quienes están preparando un duro golpe contra el Bakufu, un gobierno militar donde la sociedad estaba estructurada mediante un sistema de clases, mediante el partido imperialista. Este sistema de gobierno, básicamente, tenía a la sociedad estructurada en distintas clases, y quienes pertenecían a los estratos más bajos, no solo se veían privados de muchos derechos, sino que tampoco tenían mucha posibilidad de ascender y estaban constantemente mangoneados por los que están por encima.
Puede que sea un poco de spoilers del inicio, pero sin ello, nada cobra sentido, así que este párrafo tiene parte de la primera hora de juego y detalles clave. Durante el transcurso de los planes, Ryoma y su hermano, Takechi Hanpeita, se reúnen con su padre, quien pertenece a las altas esferas y cuenta con cierto poder para planear la derrota del sistema actual. Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, este muere a manos de un asesino enmascarado, Ryoma carga con la culpa para salvar a su hermano y se exilia en Kioto bajo el nombre de Saito Hajime. Allí solo tendrá un objetivo en mente: encontrar al asesino de su padre, cuya única pista es el estilo de lucha que usó, el Tennen Rishin.
Durante la estancia en Kioto descubre que el Shinsengumi, el «cuerpo de policía» del Bakufu, está compuesto por diferentes capitanes, todos ellos con conocimientos del Tennen Rishin. Sin contar demasiado, solo decir que nos unimos a ellos como capitán de la tercera división, lo que da comienzo a una historia de venganza, investigación, descubrimiento y superación por parte de Ryoma Sakamoto.
Personajes a los que les coges cariño
Una de las grandes cosas buenas que tiene Yakuza y que siempre me han dicho, es que los personajes son, sencillamente, de lo mejor que se ha hecho en el juego. Y mira, tras jugar Like a Dragon e Ishin! la verdad que no lo puedo negar en absoluto. El elenco de personajes con el que trataremos principalmente están muy bien construidos y con un guion muy bien escrito de fondo. No es solo que sean buenos por eso, sino por el contexto y el desarrollo como persona de Ryoma Sakamoto, quien pasa de ser un espadachín y pensar solo en la espada, a abrírsele los ojos de manera constante hacia la verdad y tomar las decisiones correctas en pos de sus ideales y camaradas.
Los lazos que Ryoma Sakamoto va haciendo con algunos de los capitanes del Shinsengumi a lo largo de la aventura también es un punto a favor, porque aunque en gran medida tengan sus encontronazos, según se van revelando las diferentes verdades, se va creando un vínculo que nadie podría esperar. Y claro, luego tienes a personajes que tienen un carácter muy marcado, como Okita Soji, que simplemente destacan por encima de todo en su forma de actuar, aportando un extra a la aventura.
Que tampoco quiero hablar demasiado, por lo que digo, no quiero marcarme tremendo spoiler y llegar a reventaros parte de la experiencia, pero ya os digo que sin duda lo mejor de Like a Dragon: Ishin! es su trama y el desarrollo de los personajes, de hecho, ni me hubiese quejado si el juego fuese 100% lineal con estos dos elementos.
Antes de hablar del gameplay…
Primeramente, me gustaría hablar las diferentes formas que me he encontrado de afrontar Like a Dragon: Ishin! respecto a sus dificultades. Es cierto que el juego ofrece dificultades de más fácil a más difícil, y se puede cambiar en todo momento, por lo que si te arrepientes como es mi caso, puedes bajarla y continuar a lo tuyo. En mi caso, comencé en difícil, y a mitad de juego decidí pasar a fácil, no tenía muchas ganas de ponerme a conseguir equipo farmeando en las mazmorras y luego usando la herrería, ni tener que ganar combates a base de ir lleno de curaciones, y como lo que me interesaba era la historia, pues abracé este modo.
Realmente la principal diferencia es un poco la agresividad de los enemigos y el daño que se hace y recibe, pero tampoco en exceso. Y al ser yo una persona que le gusta avanzar, sin dedicarme mucho a actividades secundarias, fue la solución más rápida. Lo reconozco y no me avergüenzo.
A espadas y pistolas
En lo jugable, voy a tratar ahora mismo el tema del combate, antes que la exploración y secundarias, porque eso, para mí, es tema aparte. Los combates encajan muy bien dentro del térmico RPG de acción, y son ciertamente entretenidos y desafiantes cuando se trata de un jefe. Contamos con 4 posturas/clases diferentes para enfrentar los combates: espadachin, pistolero, bailarin salvaje y camorrista. Cada una de las clases de combate se adapta a situaciones diferentes, ya que tienen sus propias características para esquivar y defenderse, así como las habilidades activas.
La manera de atacar es básicamente a base de aprenderte los combos de cada clase, los cuales se van desbloqueando mediante un tablero de habilidades con esferas de esa clase, ganadas al usarla, o esferas de habilidad, ganadas por simplemente subir de nivel. Aunque hay algunas habilidades especiales que tenemos que ir desbloqueando practicando en los dojos que encontramos por Kioto, algo muy importante si vas a enfrentar el juego en dificultades elevadas. Cabe destacar que, aparte de habilidades, también hay más armas que necesitan desbloquearse, como el cañón, o el uso de lanzas, entre otras.
Todo esto se complementa con las cartas de tropas, que son básicamente soldados del Shinsengumi que nos brindarán su apoyo en forma de habilidad y estadística. Cada clase puede llevar un set, por lo que en conjunto ofrecen una terrible amplia variedad y maneras de solventar las situaciones. Avisar de que es mejor subir de nivel los soldados que os encontréis a la larga, porque si encontráis las habilidades que más os gustan, os armáis vuestra propia manera de jugar.
Para hablar de un remake de un juego que se creó en 2014, y que se está jugando hoy en día, considero el combate algo como simplemente bien. Se ajusta muy bien a la época en la que sucede, se siente ligeramente fluido, y creo que lo único malo que le encuentro en sí, es la cámara del juego. Muchas veces centrada en el personaje y muy cercana, haciendo que sea incómodo atacar. Tampoco tiene una fijación de objetivos demasiado buena, aunque tienes el R1 para hacerlo, solo le he encontrado utilidad en un duelo 1vs1.
Secundarias, mi mayor enemigo
Voy a ser honesto, y los que me conocen ya lo saben, pero odio el contenido secundario de sobremanera, especialmente si te distrae y aporta relativamente poco. Entiendo perfectamente que es uno de los puntos de la serie Yakuza, y que mucha gente disfruta de ello casi más que del juego principal. Por desgracia no es mi caso, y es algo que en Ishin! me ha hecho replantearme la vida.
Like a Dragon: Ishin! cuenta con una excesiva cantidad de contenido secundario entre subhistorias y minijuegos, básicamente. Es cierto que algunos contenidos secundarios, como son las misiones/mazmorras que podemos hacer en los barracones del Shinshengumi para conseguir equipamiento, mejorar el herrero o los dojos, mejoran la experiencia final de juego al desbloquear cosas muy relevantes.
Por otro lado, gran parte de las subhistorias, tampoco las he visto muy interesantes. Es cierto que muchas de ellas ni siquiera te entorpecen o te obligan a completarlas solo por cruzarte con ellas, pero el problema reside en su contenido. No las veo con ese punto de interés, ni desarrollo, que sí vi en algunas de Yakuza: Like a Dragon. Suelen ser más de recadero o prácticamente estar allí pulsando algún botón. No me han terminado de convencer, y he acabado por dejarlo todo para una vez terminada la aventura, hacerlo con libertad y habiendo acabado la historia.
En cuanto a los minijuegos, bueno, para pasar un ratito sin estar a base de espadazos, se agradecen. Es cierto que son opcionales, exceptuando un par de situaciones, donde nos vemos obligados a hacer un par de ellos. Entre estos encontramos los clásicos relacionados con los juegos de apuestas, las carreras de gallos, el leñador, cocina, baile, karaoke o la pesca. La arena también existe, pero la considero una sidequest más que minijuego. Que bueno, si eres fan de la saga, estoy 100% seguro que vas a echarle horas haciendo todas estas movidas, pero en mi caso, estaba más interesado en la historia, así que pasé de ello hasta acabar el juego en gran medida.
Tu casita, tu fe y tus mejoras
Llegados a cierto punto temprano del juego, desbloquearemos el sistema de virtud que sirve para desbloquear y mejorar nuevas características de juego, y la ganaremos mediante completar principalmente unos registros, que pueden ser cosas como echar 5 carreras completas, completar subhistorias, etc. Entre lo que podemos mejorar, hay cosas como correr más tiempo o más inventario, pero también poder mejorar otros aspectos, como la casa. Y es que también tenemos «la otra vida», un lugar donde descansar, cocinar y cultivar en nuestra propia casa entre otras cosas.
Aquí, el concepto de «otra vida» está bastante bien llevado, dejando por completo la espada y la pistola. Como digo, aquí podemos tener nuestro huerto, gallinero e incluso adoptar perros y gatos o comerciar con lo que plantamos. Una especia de farm-sim en miniatura y express en el que ganar un poco más de dinero, y hacernos buenos platos de cocina para luego ingerir y disfrutar de ellos.
En lo técnico, a mi me parece bien
A ver, la ventaja de tardar tanto en sacar este análisis de Like a Dragon: Ishin! es que he podido ver también críticas de compañeros de prensa y usuarios, y generalmente he leido que el juego «no cumple mucho» en su apartado gráfico/técnico. En lo personal, le reconozco que quizá el juego no se puede considerar uno de «última generación», pero es que tampoco lo busca, ni lo necesita. Es un juego que es un remake, y es intergeneracional, además de que de por sí creo que encaja bien, visualmente, con el resto de los videojuegos de la franquicia.
Si hay algo que quizá criticaría, es que en ocasiones las animaciones faciales las he visto como bugeadas, o desincronizadas, o que la traducción en ocasiones baila un poco con las palabras, aunque tampoco nada terrible, o que muy rara vez, bajan los fotogramas. Y es más, no he tenido fallos en todo el juego exceptuando un momento final donde la cinemática se glitcheo. No sé, quizá cada vez soy menos exigente, pero actualmente con que un juego funcione y no vaya mal, me es más que suficiente, y eso que lo he jugado en una PlayStation 5.
Conclusiones de Like a Dragon: Ishin!
A ver, Like a Dragon: Ishin! es quizá uno de los mejores juegos que he jugado en lo que llevamos de año, y con diferencia. En cuanto hablamos de videojuegos, creo que tiene todos los elementos que se pueden buscar, te gusten más o menos estos. Con una trama, personajes y desarrollo sobresaliente, Like a Dragon: Ishin! se siente bastante fresco, especialmente si tenemos en cuenta que en su día no salió de Japón, y que da un buen repaso a muchos guiones de ahora. A nivel jugable, es posible que sea donde más normalito lo podemos encontrar, cumple, es entretenido y funciona, pero realmente nada destacable más allá del alucine que supone usar algunas habilidades. Para los más exploradores y completistas, creo que van a encontrar en Kioto un lugar perfecto para en entretenimiento y perderse, lleno de historias esperadas a ser contadas y misiones a ser cumplidas. Y si no lo encuentran ahí, igual prefieren vivir otra vida cultivando, vendiendo, pescando y cuidando de los animales que pueden tener en su pequeña villa. No sé como explicar el conjunto, pero sin duda Like a Dragon: Ishin! es un juego que recomiendo a todos, hayan jugado o no un título de la franquicia. Así es como se consigue que una franquicia llegue a terreno occidental de buena manera.
Nota: 9/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Dead Good Media.