Monstruo chupasangre. ¿El terapeuta o el vampiro? Ambos
Los vampiros, criaturas míticas y muy subidas de tono que chupan la sangre y bla bla bla. Ya conocemos de sobra cómo son estos seres, pero ¿realmente sabemos cómo se sienten? Y es que, por raro que parezca, los vampiros también son sentimientos y tienen seres humanos. Tienen problemas, inseguridades, adicciones y malas relaciones con sus padres. Y es nuestro deber en Vampire Therapist ayudarlos a ver su vida, o no vida, de una forma más positiva como su psicólogo vampiro en el maravilloso y lucrativo mundo de la sanidad privada. Cabe mencionar que el juego está en inglés, por lo que hará falta saber desenvolverse con el idioma para jugar.
No la novela visual que esperabas, pero sí la que necesitabas
Vampire Therapist se presenta en forma de una novela visual. La mayor parte del juego estaremos leyendo y manteniendo conversaciones con vampiros y otros personajes de fantasía, como los góticos. Y como tal, pone peso en la historia que nos quiere contar.
Nos pondremos en el papel de un vampiro que ha venido a Alemania desde los Estados Unidos tras hablar por correspondencia con otro vampiro que dice proporcionar ayuda psicológica a aquellos vampiros que la busquen. La salud mental es de vital importancia, especialmente en los tiempos que corren, y también para los vampiros. En la sociedad contemporánea que ha aceptado a estas criaturas, aún hay muchos que viven con los prejuicios del pasado.
Una vez nos encontramos con el ya mencionado vampiro, Andromachos, nos animará a volvernos el psicólogo de algunos vampiros que vengan, y nuestra misión es ayudarles en la medida que podamos. La mayor parte del juego serán estás sesiones, de las que hablaremos ahora.
Llega la cita del psicólogo, privado, por supuesto
A la hora de tratar con nuestros pacientes, aprenderemos el concepto de las distorsiones cognitivas (cognitive distortions). Ciertos patrones de pensamiento que utilizan estos vampiros (y los humanos) para muchas veces justificar o intentar explicar sus situaciones. Nosotros tendremos que seleccionar qué distorsión cognitiva están utilizando en cada caso.
Y en este punto es donde Vampire Therapist me sorprendió. Donde esperaba un juego más centrado en el humor y el absurdo de algunas situaciones, también encontré temas más serios, y que el juego les daba la importancia que necesitaban. De la misma manera, esperaba que todo el aspecto de las sesiones del psicólogo serían más superficiales, cosa que no fue así.
Cada semana veremos a un paciente distinto. Las características y razones de estar en terapia de los vampiros serán distintas con cada paciente. La idea de estas sesiones es hacer hincapié donde veamos las distorsiones cognitivas, pero también habrá semanas que seremos nosotros quienes recibamos terapia. Es en estos casos donde se explora más el pasado de nuestro personaje, y lo que consideraríamos su historia. Es también en estas sesiones donde aprenderemos más sobre ejercer de psicólogo. Cada vez, aprenderemos nuevas distorsiones cognitivas que emplear, algunas derivadas de las que ya conocíamos, o completamente nuevas.
Más pronto que tarde, durante las sesiones, notaremos que no tenemos espacio en nuestra cabeza para recordarlas todas a la vez. Esto es totalmente deliberado. Parte de la gracia de Vampire Therapist es prepararse al inicio de cada sesión, escogiendo cuidadosamente qué distorsiones queremos tener en mente según el paciente. Cada vampiro al que atendamos tendrá una distorsión predominante, la que utiliza con más frecuencia. Esta distorsión predominante estará siempre seleccionada, y tendremos otras cuatro posibles distorsiones a elegir. Muchas veces reconoceremos distorsiones durante las sesiones en las que no podremos hacer nada al no haberlas seleccionado, y eso también está bien. Podemos continuar aún si no hemos detectado todas las distorsiones o hemos escogido mal. Toda esta mecánica puede hacer que cada experiencia varíe en algunos puntos, y nos fuerza a entender, o al menos a intentarlo, a nuestros pacientes. Aquí muchas veces entrará nuestro cuaderno de notas, donde apuntamos información sobre las distorsiones cognitivas, y resúmenes de nuestros pacientes y sus sesiones.
Vampire Therapist y su vida nocturna
Para cambiar el ritmo del juego y no volverse excesivamente repetitivo, tras cada sesión bajaremos al bar a tomar una buena copa de sangre. Es entonces cuando aprovecharemos para reflexionar sobre la sesión de terapia que acabamos de tener, y charlar con la barman que, a quien vamos a engañar, es imposible odiarla. Aunque, siendo sinceros, me han acabado gustando todos y cada uno de los personajes de Vampire Therapist.
Esta parte de soltarse la melena (metafóricamente), es más cercana a la idea que tenía sobre Vampire Therapist a priori, se tocaba el tema de la salud mental de una forma más relajada, sin quitarle peso a la vez, y se centraba en una parte más social de la vida vampira. Conoceremos personajes que no son vampiros y a los que nos llevaremos a la kink room (no es broma) a chuparles la sangre. Vampire Therapist también introduce algún que otro mini juego, como el de chupar sangre o meditar, para variar un poco el gameplay.
Si bien todo esto es un buen cambio de ritmo y de tono, sí que me decepcionó un poco la poca libertad que se siente. La sensación general es que el juego te lleva mucho de la mano, nuestro personaje habla bastante, pero es sólo en ocasiones que podemos elegir qué dice. Muchas de estas decisiones tampoco son de vida o muerte, y más de si leer un poema o ver a Tom y Jerry antes de irnos a la cama.
No un sustituto de la terapia real, ¿o sí?
Aunque me hubiera gustado algo más de libertad al tomar decisiones, como elegir a quién queremos chupar la sangre o más opciones de diálogo con consecuencias reales, Vampire Therapist toca temas muy importantes con el tacto correcto, y lo plasma de una forma muy interesante. En muchos aspectos, me ha sorprendido y para bien, sin mencionar que el apartado artístico, los diseños, las voces y las personalidades de todos los personajes que aparecen son geniales y otro aspecto que me hizo interesarme por el juego desde el comienzo.
Ya desde el principio del juego los desarrolladores dejan claro que Vampire Therapist no es un sustituto de la terapia, ni que sería 100% efectivo. Aunque sí es verdad que desarrollaron el juego junto a un grupo de psicólogos que revisaran el juego para intentar ser, al menos, correcto hasta cierto punto. Vampire Therapist no se corta con los temas que abarca: adicciones, decepciones familiares, traumas de la infancia, abusos, y muchos temas sexuales. Por lo menos no muestran nada explícito. Y jugar a este juego no es la solución si alguien tiene algún problema, pero desde luego que ayuda a apreciar la importancia de la salud mental y a ver la vida con un poco más de optimismo.
Al menos es más barato que la terapia de verdad.
Nota: 8.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una clave otorgada por 1UP PR.
