He jugado muchísimos juegos a lo largo de los años, muchos de ellos por placer, y desde hace unos años, también bastantes por trabajo. Me he adentrado en prácticamente todos los géneros, viviendo aventuras altamente cinematográficas (guiño guiño), hasta juegos más casuales como títulos de carreras o plataformas sencillos. Aun así, los juegos de simulación y gestión siguen fascinándome, y de entre estos, la verdad es que los llamados «Tycoon» se encuentran en un lugar especial dentro de mí, especialmente desde que jugué Game Dev Tycoon. Precisamente por este juego, y por la publicidad cada vez más presente en Twitter, fue que conocí The Executive, un juego que en este caso se centra en la industria cinematográfica, llevándonos a vivir un viaje por la misma. Yo ya he podido jugarlo, disfrutando de sus bondades, pero también encontrando defectos que más adelante os relataré, pero no quiero adelantarme.
Llegando a lo más alto
Como en cualquier otro juego de este tipo, nuestro objetivo será llegar a lo más alto de la profesión. Empezamos fundando nuestra propia empresa, que se encargará de producir películas, y tendremos que ofrecer películas cada vez más jugosas a los espectadores, lo que se traducirá en una fórmula jugable extremadamente similar al ya mencionado Game Dev Tycoon. Tendremos que hacer infinidad de largometrajes de todo tipo, y aunque desde un primer momento solo tendremos una selección de temas muy limitada, con el tiempo lograremos poder ofrecer grandes obras de arte al público general.
Esto logra ser realmente orgánico gracias a un sistema de progresión que, pese a parecer algo restrictivo desde un primer momento, logra funcionar bastante bien con el pasar de las horas. Tendremos que acumular mucha experiencia, estrenando varias películas, para conseguir los puntos de investigación necesarios para conseguir mejorar bastante nuestra empresa. Esto lo haremos gracias a una especie de árbol de habilidades subdividido, centrada cada sección en un aspecto de la producción de películas. Podremos desbloquear desde oficinas más espaciosas hasta nuevas áreas de trabajo, pasando por nuevos temas y mejoras para nuestras producciones.
Por desgracia, esto está muy bien sobre el papel. Parece un sistema de progresión bien pensado, y en realidad lo es, pero todo se termina traduciendo en hacer películas, sin ninguna gracia, repitiendo la misma fórmula una y otra vez, para lograr obtener el suficiente dinero y puntos de investigación para avanzar en nuestro camino a la fama. Esto está muy bien, y no tiene por qué ser malo priorizar el ascenso en la pirámide (ni aquí ni en el mundo real), pero por desgracia la consecuencia más directa de esto es que se vuelve una experiencia monótona y aburrida por momentos.
A su favor debo decir que su profundidad jugable es mucho mayor que la de grandes del género, permitiéndonos tener en cuenta infinidad de factores, desde la calidad de los directos y actores escogidos, hasta el mercado en el que se estrenará nuestra película, pero esto no ha sido suficiente para mí. En mis primeros momentos de juego esto me ha tenido al borde del asiento, teniendo en cuenta todas las variables posibles para evitar que nada se me pasara, pero después de un tiempo también se vuelve una tarea excesivamente monótona. Aun así, es innegable que se ha puesto un esfuerzo en ello, y que la experiencia general gana enteros gracias a esa profundidad, basada principalmente en obligar al jugador a estar pendiente de muchos parámetros.
Un mundo duro, pero accesible
Precisamente hablando del tema de la profundidad, debo decir que no es una experiencia sencilla en sí misma. The Executive te obliga a estar pendiente de muchas cosas en todo momento, maniobrando desde las mejoras en la producción de películas, hasta el trabajo de cada empleado, pasando por todos y cada uno de los detalles concretos de nuestras películas. Todo debe ser una máquina bien engrasada que permita el estreno de grandes superproducciones, y que consiga ofrecer al público lo mejor de lo mejor.
En mi caso puedo decir que esto es lo que me ha mantenido al borde del asiento. Quizá la experiencia general se vuelva repetitiva al poco tiempo, con pocas variaciones sustanciales, pero por momentos tienes que hacer algo así como ingeniería cinematográfica para cuadrar los números, y así conseguir un filme capaz de competir por los premios de la academia. Por desgracia, en mi caso, pocas han sido las películas que he estrenado y que han sido consideradas obras maestra, porque la realidad es que hay muchos factores a tener en cuenta, pero igualmente creo que es su mayor atractivo.
Por supuesto, con el pasar de las horas se vuelve todo mucho más sencillo. Has hecho tantas películas, y cuentas con tantas opciones, que lo raro sería que no pudieras ofrecer una película de gran éxito. En mi caso concreto, tras un tiempo, conseguí crear una saga tan exitosa que en nuestra realidad podría rivalizar con el UCM, lo cual me hizo tener una sensación de satisfacción que todavía no había experimentado hasta ese momento.
Todo esto, y como ya comentaba, la experiencia no es especialmente sencilla. Hay muchas cosas a tener en cuenta en todo momento, y es muy sencillo olvidarse, por ejemplo, de asignar a los empleados a sus tareas correspondientes (historia verídica), pero también es un juego muy sencillo en su base, que además cuenta con opciones de accesibilidad. Cuando empiezas partida tendrás varias opciones de dificultad, las cuales no parecen tener tanto que ver con lo difícil que es estrenar una gran película (o al menos yo no noto diferencia en ese sentido), sino más bien con tu situación en el inicio de tu carrera. Mientras que en la normal tendrás un capital de 30 millones de dólares y una deuda de 33 millones de dólares, algo asumible, si decides elegir la dificultad más complicada tendrás que hacer frente a un capital inicial más bajo, además de un préstamo que deberás pagar a 10 años con el 5% de interés, lo que puede significar el fin de tu productora.
La belleza del cine
Como suele ocurrir, esta clase de videojuegos no se destacan especialmente por sus gráficas. Suelen recurrir a imágenes relativamente estáticas, en las cuales las animaciones simplemente tienen por objetivo ofrecer una confirmación de que se está trabajando en el proyecto en cuestión, algo que aplica a The Executive. Aun así, quiero destacar la gran personalidad que se pueden encontrar en todos los diseños del juego. Desde las propias oficinas, hasta el diseño de los personajes, y por supuesto el diseño de la interfaz, que es lo que más me ha sorprendido.
Para poner un buen ejemplo, tenemos el menú que aparece cuando estrenas una película y que te señala las notas que ha puesto la prensa especializada. En un claro guiño a Rotten Tomatoes y otras webs como Metacritic, pero a modo de parodia, podemos encontrar un estilo que rememora desde el primer momento al cine clásico, y es que en este sentido claramente han hecho un buen trabajo.
Respecto al aspecto sonoro, no puedo poner ni una pega. El diseño de sonido está completamente a la altura, y la banda sonora más de lo mismo. No resultan sorprendentes, pero amenizan bastante bien las partidas que juguemos.
Conclusiones del análisis de The Executive: Movie Industry Tycoon
The Executive es un tycoon competente, que tiene todas las bases del género y busca ser una experiencia más compleja y refinada, pero que tropieza con las mismas piedras que los demás. Si bien por momentos logra ofrecer una experiencia emocionante, que te pone al borde del asiento para intentar estrenar la película más taquillera de la historia, poco a poco se transforma en una experiencia monótona, sin mucha chicha. En mis primeros momentos jugando solo le encontré bondades, pero lo más importante, la diversión, termina fallando con el pasar del tiempo.
Aun así, creo que es un juego más que notable, que toca las teclas necesarias para ser un referente del género, y que al mismo tiempo logra ser un juego imprescindible para los fans del cine.
Nota: 7.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por JF Games.