Como viene siendo costumbre, me dedico a investigar sobre videojuegos de los que me gustan a mí, para traerlos por aquí, y obviamente, también disfrutarlos. Hoy, os vengo a hablar de The Mute House de December Blues Games, un videojuego de estilo survival horror que recuerda bastante al clásico de Capcom, Resident Evil, por lo que ya solo con eso, me había ganado. Dicho esto, el desarrollador, que es prácticamente él, y un par de personas que le han ayudado con ciertos temas, así como los actores y actrices de voz, me mandó una clave con antelación y… por eso estamos aquí. Vamos con el análisis de The Mute House.
El amor, una bendición y una maldición
Comenzando por la historia de The Mute House, debo decir que aunque no es del todo excesivamente original, cumple bastante bien con lo que se propone. De hecho, me ha recordado en parte a títulos que he jugado relativamente hace poco tiempo, como Tormented Souls y Fear the Dark Unknown, y quizás por eso no me ha parecido tampoco nada especial. Eso sí, no quita que tenga ciertos puntos interesantes y algún pequeño giro de guion, pero en términos generales, cumple con aprobado.
Todo comienza con la desaparición de nuestra hermana, aunque por suerte para ella, trabajamos en la policía. La investigación nos lleva adentro de una misteriosa mansión, de la cual, no podemos salir porque alguien ha cerrado la puerta principal en algún momento con cadenas y candados. Al poco de explorar esta mansión descubriremos varias cosas, como que está llena de monstruos, y que también esconde una oscura historia detrás. En dicha mansión vivía una familia en la que, la esposa, no podía tener hijos, pero adoptó a 2 gemelos, aunque la vida tenía otros planes para ella: una terrible enfermedad.
El marido, que de profesión era médico, se acabó obsesionando con la enfermedad de su mujer, la cual hacía que cada vez estuviese, además de más apagada, también más irascible, e incluso desarrollando ciertas manías hacia los gemelos. El resto, creo que os podéis imaginar como se acaba desarrollando sin mucho esfuerzo. Tampoco creo considerar lo contado spoiler, pues he omitido algunos detalles al respecto, que son los que marcan la diferencia cuando uno juega. Pero como siempre, la obsesión que el amor provoca, siempre arrastra al hombre a la locura, también hay que decir que la vida tampoco se lo puso fácil…
Clásico, como a mí me gusta
Si nos metemos a hablar del tema de jugabilidad, The Mute House no oculta sus inspiraciones en los grandes títulos que nos dieron los 90 dentro del género, contando con elementos muy conocidos, tales como: inventario reducido, un lugar en el que guardar las cosas, muchísimo backtracking y, sobre todo, un ambiente tenso que nos hará sobresaltarnos por la mayor tontería. Pero vamos a ir por partes, explicando las cosas y viendo qué tal funcionan y están implementadas. Y de hecho, vamos a comenzar por el sistema de combate del título y el arsenal.
Vamos a partir de la base de que The Mute House se juega con cámaras fijas, como los títulos de la vieja escuela. Esto es algo que, aunque hoy día ya no se vea mucho, y es algo casi inherente al género, siempre le sienta bastante bien, y de hecho, aquí está muy bien llevado. El jugador muchas veces se enfrentará a amenazas fuera de cámara, guiándose muchas veces por el sonido, aunque otras las encontramos más bien en nuestra cara, poniendo a prueba nuestros tiempos de reacción.
Durante mi partida, en cuanto a armamento, solo encontré, además de la pistola con la que inicias, una escopeta. También existen unos frascos que desprenden un gas y acaban con los enemigos, pero, sin embargo, no hay combate cuerpo a cuerpo de ningún tipo. Para apuntar, lo hará de manera automática, aunque tenemos la opción de hacerlo manualmente, tanto horizontal como vertical, con un láser de referencia.
Algo bastante curioso dentro de la gestión de recursos, es que cuando recargamos la pistola, se tirará el cargador con las balas restantes al suelo. Mientras apuntamos, tenemos la opción de ver cuantas quedan, y la gracia de esto está en que no usamos balas, sino cargadores, así que cada cargador ocupa un espacio en el inventario. Con la escopeta no pasa, pero hay que cargar cada cartucho, teniendo que movernos estratégicamente en combate para hacerlo, o bien siempre acordarse de recargarla. Los frascos los tiramos contra el suelo, así que no tienen mucho misterio.
Quizás, lo único malo del combate, y bueno, del juego, es que al ser un solo desarrollador, hay cosas que no están del todo bien, y es entendible. Cuando disparamos a los enemigos, principalmente con la pistola, no hay una buena sensación, el enemigo recibe los tiros tranquilamente mientras se dirige a ti, no hay una sensación de que estemos dañándole más allá de ver el impacto. Con los jefes (bastante buenos y duros) pasa algo similar, aunque estos al menos cada cierta cantidad de daño, al menos tienen una animación de retroceso.
Explorando la mansión y gestionando
La mansión que vamos a explorar en The Mute House es bastante amplia y esconde muchos secretos, pero también tiene pequeñas partes acogedoras. Una parte fundamental es que al explorar vamos a encontrar muchos objetos, y hay que gestionar el limitado espacio de nuestra protagonista. El espacio inicial es de 6 huecos, aunque es ampliable si exploráis, de manera que se agradece bastante esos huecos extra. Para gestionar dicho inventario tenemos a nuestra disposición unas vitrinas en las que guardar los objetos, pero hay que hacerlo con cuidado, pues los objetos guardados no se comparten entre vitrinas.
Las vitrinas además están en las ya conocidas salas seguras, las cuales transmiten esa sensación de seguridad y tranquilidad como ocurría cuando entrabas a una en Resident Evil. Aquí The Mute Houser, en ocasiones, algún documento y/u objetos, pero The Mute House. Aunque siempre me voy a quedar pensando que es de ese gato, una vez nos vamos de ahí…
Bueno, que me voy por las ramas. Hablando más de la exploración, tocaThe Mute House que le saca el desarrollador al juego, pues realmente no es un lugar «excesivamente» grande, pero que sí está bien diseñado e interconectado. De hecho, no tenemos un mapa del lugar, y necesitaremos memorizar los caminos, aunque siempre que desbloqueas un nuevo atajo, la verdad es que alegra demasiado. Aunque creo que donde más gana, es mediante su ambientación, bastante oscura y tétrica en muchas ocasiones, especialmente en la tercera planta de la mansión…
Sinceramente, me he llevado algún que otro susto por la tensión que me ha conseguido provocar en varias ocasiones. En general, hay poca luz, muchos restos de destrucción, sangre, algún que otro cadáver… y casi que se «respira» un olor a muerte en cada esquina. Creo que ha conseguido bastante bien conseguir precisamente el punto exacto del género, y por lo que siempre ha destacado.
Puzles y secretos
The Mute House, además de hacernos pasar un mal rato explorando la mansión y enfrentando a los temibles enemigos, también quiere hacernos pensar un poquito, algo que se agradece. No son demasiados los puzles que nos encontraremos en el juego, pero los pocos que sí hacen aparición, son de los que toca darle una vuelta e incluso de apuntar a papel y boli, o sacar pantallazos para guardarte la información. De hecho, tuve que contactar al desarrollador por uno de ellos, aunque más tarde descubrí que creo que simplemente me estoy haciendo viejo, y la cabeza empieza a no funcionarme como debería…
La mansión, además de ser un embrollo laberíntico, también esconde sus secretos, desde objetos ocultos hasta ciertas bonificaciones por prestar atención. Recomiendo darle una buena pasada inicial con calma, pero también una segunda o tercera. La verdad que incita bastante y cuando ya te sabes como van las cosas, es más directo y rápido. Sorprendente también en este sentido, porque la rejugabilidad siempre es un gran punto a favor.
Técnicamente funciona de maravilla
Por ponernos ya un poco más serios y técnicos, The Mute House es un juego que rinde de una manera excelente. Ya sabéis mi equipo, una RTX 4060 con un Ryzen 1600X y he jugado en máxima calidad a 1080P a más de 90fps toda la partida. Es cierto que, en principio, tampoco parece un juego muy demandante, aunque aún así mantiene una calidad gráfica bastante decente. Sé que a muchos no os gustará la idea del aspecto «cinemático» con bandas negras, pero… oye, la verdad que le sienta bien, y las cámaras fijas junto a dirección artística del juego encaja genial.
Respecto a sonido, la verdad que no tengo demasiado que aportar. Es cierto que, el juego está doblado al inglés, y eso es un gran punto a su favor, ya sabéis que pienso que siempre hacen falta voces para mejorar la experiencia. Pero lejos de eso, los efectos de sonido y música que aparecen durante el juego simplemente cumplen con las expectativas pero poco más.
No me he topado con ningún fallo, algo que agradezco de manera infinita cuando pruebo juegos antes de tiempo. Lo que sí, el juego está únicamente en Inglés y Francés, algo que podría echar a muchos para atrás, aunque la carga de texto únicamente se la llevan los documentos como tal. Aunque en un futuro se va a intentar tener en más idiomas, algo que agradezco.
Conclusiones del análisis de The Mute House
Hay que ser sinceros con The Mute House, podría tener algunas cosas mejor realizadas, sin duda, pero creo que para ser el primer trabajo de December Blues Games, creo que es un título que cumple bastante bien con su premisa, y con lo que presenta a los amantes del género. Ha conseguido plasmar muy bien parte de la esencia que caracterizó a muchos títulos de estos en los 90 e inicios de los 2000. Es un juego con buena atmosfera, una jugabilidad clásica que cumple, buenos puzles y, por momentos, bastante intenso y peligroso… Sinceramente, darle una oportunidad, en especial si disfrutas del género y, obviamente, de ese toque antiguo.
Nota: 8/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por December Blues Games.
No olvidéis seguirnos en Twitter, Facebook o nuestro canal de Whatsapp para estar informado siempre de las últimas publicaciones de noticias, artículos y análisis.