Nikoderiko: The Magical World
Desde que vi Nikoderiko: The Magical World anunciado me llamó muchísimo la atención por esa apariencia tan bonita, pero también que tanto recordaba a juegos como el bueno de Crash Bandicoot. Un juego plataformero de acción, con secciones en scroll lateral y otras en 3 dimensiones, monturas y 2 mangostas como protagonistas. Sinceramente, con la escasez de este tipo de juegos, cada vez que aparece uno se le acaba echando el ojo bastante rápido. Nosotros estamos hoy aquí para contarnos nuestra experiencia final con este mágico mundo lleno de tesoros que es Nikoderiko: The Magical World.
Las aventuras de Niko y Luna
Niko y Luna son dos mangostas aventureras que, en sus viajes, descubren un templo con un increíble tesoro, pero al salir con el cofre, el Barón, líder de los Cobrings, se lo roba y escapa con el en una enorme nave. No contento con eso, parece ser que está explotando los recursos de toda la zona y haciendo daño a las criaturas pacíficas, explotándolas incluso laboralmente. Mente de tiburón es lo que tiene el Barón, te roba el tesoro, explota a la gente y todo el beneficio es para su bolsillo, tremendo.
La historia se va «desarrollando» a través de los 7 mundos de juego, en los cuales encontraremos diferentes personajes a los que vamos ayudando, y posteriormente ellos nos ayudarán para llegar hasta la base del Barón. Aunque a decir verdad, somos nosotros los que acabamos haciendo las cosas, pero bueno, eso es algo bastante común en el género. Podríamos decir que simplemente cumple, con algún que otro toque de humor que, reconozco, alguna sonrisa tonta me ha sacado.
De hecho, si hablamos de duración, el juego se puede completar en torno a las 6-7 horas, dependiendo de cuantos coleccionables busquéis y si, posteriormente, volvéis a conseguir todos y cada uno de ellos en cada nivel, o al menos, los principales.
Un juego simple en varios sentidos
Si pasamos a hablar de su jugabilidad, es cierto que Nikoderiko: The Magical World es bastante simple de entender y de jugarse, no requiere de mucha exigencia al jugador, e incluso podría decir que es… amigable. Comenzando por el movimiento de los personajes, ambos son rápidos y cuentan con los mismos movimientos: deslizamiento como ataque, salto y un golpe fuerte contra el suelo al saltar. Realmente, pocas más acciones hay, solo podemos sumarle a esto el salto con rebote en pared y poder agarrar algunos objetos y lanzarlos, aunque sinceramente salen pocos.
También hay un sistema de monturas en los diferentes niveles, las cuales se encuentran dentro, o podemos invocar a cambio de un tipo de monedas que conseguimos, comprándolas. Es bastante más divertido jugar a lomos de una de ellas, la verdad, pero también las he encontrado ligeramente imprecisas aquellas que son terrestres y saltas con ellas.
Los enemigos, la verdad es que me han sorprendido para bien en cuanto a diseño mecánico. Aunque el deslizamiento es nuestro ataque principal y con el que podemos matar a casi todos los enemigos, según avanzamos tenemos que cambiar de técnica. De repente, muchos de ellos tienen armas, tienen zonas protegidas o hay que dejarlos primero atontados para posteriormente darles el golpe de gracia. También confieso que son bastante variaditos de inicio, aunque ya de cara a la mitad, no se añaden muchos nuevos.
Los jefes, por su parte, confieso que el primero que hay lo sentí como una decepción absoluta por su simpleza. De hecho, hasta me hizo preguntarme ¿Qué estoy jugando? Por suerte, los jefes posteriores son un poco mejores y con mecánicas, muy centradas en esperar el momento, aunque también son sencillos, pero más entretenidos de pelear. Esto me lleva a hablaros brevemente de la dificultad, la cual puedo calificar de un juego que, podrías perfectamente, jugar en cooperativo con tu hijo pequeño si tienes. No es que sea lo más fácil del mundo, hay algunas zonas que puedo considerar odiosas, con cariño, pero como dije al principio de la sección: no es exigente. Podría decirse que es un juego disfrutón, para unas tardes, y especialmente si tienes con quien jugar en cooperativo.
Niveles, muchos, aunque la experiencia se vuelve repetitiva
Nikoderiko: The Magical World tiene un total de 7 mundos subdivididos en 5 niveles distintos. Cada uno de estos cuenta con varios coleccionables, que son dos llaves, las letras de la palabra NIKO y una joya. Lo más «difícil» de encontrar suelen ser las llaves, que se acceden a ellas mediante un breve desafío secreto dentro de los niveles. Estos pueden ser simplemente encontrar la llave, matar a todos los enemigos o recoger todas las estrellitas.
Junto a esto, están dos tipos de monedas: las luciérnagas y los tarros. Coleccionar ambas cosas sirven para desbloquear elementos de la galería, similar al sistema de gashapón que se vio en Astro Bot solo que aquí abres cofres. Supongo que algún sentido tenía que recoger tantísimas cosas, y bueno, es una opción.
Los diseños de los niveles, los encuentro atractivos, tienen bastantes caminos extras y muchos secretos están bastante bien ocultos. Es cierto que tiene cierto diseño que se puede ir aprendiendo de cara a encontrarlos, pero se hace bien. Otra cosa buena es que ofrecen variedad de situaciones, además del cambio de scroll lateral a 3 dimensiones por completo, hay niveles de agua, deslizamientos, persecuciones, secciones muy de plataformas, otras más «planas», etc. El principal problema, lo encuentro de cara a jugar muy de seguido, ya que aunque haya variedad, es cierto que puede volverse repetitivo. Estoy casi seguro que Nikoderiko: The Magical World se disfrutaría más en sesiones cortas que intensas, o al menos es la sensación que me da.
Hay que decir que Nikoderiko: The Magical World es bonito
A nivel artístico, Nikoderiko: The Magical World es fantástico de ver, colorido y bastante vivo. Cada set de niveles tiene su propio estilo único, y es cierto que se siente mágico. Es uno de esos apartados que es indiscutible, como aquel que dice, y en el que colaboran los diseños de personajes cuando mejor se ven, en los diálogos. A nivel musical, he tenido un problema bastante serio, y es que desde el primer momento de juego, la música sufre de microcortes, y no hay cosa que más me moleste a nivel auditivo que eso, los cortes. Me causa incluso incomodidad y he tardado en acostumbrarme, puesto que por suerte hay momentos en los que se nota más y otros menos, y es una pena, porque los temas que van acompañando como tal, no están mal.
A nivel técnico, solo tengo una queja real, y es que el pad direccional no sirve para moverse por los menús, y me desquicia usar el joystick para ello. Pero bueno, esto es algo especialmente mío. De rendimiento y fallos, todo bien, incluso tiene un modo calidad y otro rendimiento, supongo heredado de su versión de PlayStation 4. El juego cuenta con textos en español, y… poco más tengo que decir, creo.
Conclusiones del análisis de Nikoderiko: The Magical World
La propuesta que nos trae Nikoderiko: The Magical World no está del todo mal, pero creo que tampoco es una que venga a refrescar el género en absoluto. Es de estos títulos que cumple en todos los apartados, siendo quizá donde más destaca en el artístico, y con los que te echas una o dos tardes de vicio, pero que tampoco recordarás de cara a futuro. No es que sea mal juego, como digo, cumple, pero es que se esfuerza relativamente poco en querer traer algo más allá de un plataformas de acción que sea bonito de ver, quizás le falta algo más de… ¿Identidad propia? Que al final la experiencia es bastante olvidable, aunque en el momento puedas disfrutarla.
Nota: 7.5
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por JF Games.
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