Cuando Days Gone vio la luz en 2019 por parte de Bend Studios, yo no tuve oportunidad de echarle el guante, por lo que lo aparté y no le di importancia. Me llamaba la atención por el hecho de que la temática zombie me llama siempre, pero bueno, a veces la vida es dura y muchos títulos pasan a «lista de juegos que quiero jugar en algún momento». Hace unos días recibí, por sorpresa, todo sea dicho, un código de Days Gone Remastered así que me he puesto con ello estos días para ver que tal era lo que me estaba perdiendo, ya que es un juego cuya comunidad está bastante divida entre los que sí disfrutaron del juego, y los que no. También os adelanto que mi opinión de «remasterizar» juegos de PS4 a PS5, lo veo absurdo, porque bastaría simplemente con una versión cuya resolución sea mayor y su tasa de fotogramas sea estable, pero bueno, hablamos de PlayStation y sus ganas de remasterizar títulos que nadie pide remasterizar. En este análisis aprovecharé para hablar de algunas impresiones del juego como tal, ya que para mí es una «experiencia fresca».
Todo funciona al mismo ritmo: el de los zombis
Durante mucho tiempo he visto que hay gente que ha disfrutado de la historia de Days Gone, y por mi parte, teniendo en cuenta su ambientación, esperaba que fuese algo similar. Sin embargo, me he topado con un problema que suele ocurrirme, aclaro que igual es algo más personal, con casi todos los juegos de mundo abierto y es su ritmo. A veces más, a veces menos, pero aquí me he topado con varios problemas a nivel de narrativa del videojuego.
Days Gone nos cuenta la historia de Deacon St. John y cómo está sobreviviendo a la pérdida de su mujer en pleno apocalipsis zombie junto a su mejor amigo, Booze, que es básicamente como un hermano para él. Yo no voy a entrar en spoilers de un juego de 2019, porque igual hay alguien que todavía no lo ha jugado también, pero sí que necesito entrar en algunos detalles para que entendáis mi frustración en este sentido.
Al arrancar el juego se nos presenta a Deacon, Sarah (su mujer) y a Booze en pleno inicio del apocalipsis, y vemos como Deacon hace lo que haga falta para que se lleven a Sarah a un campamento, pues la han apuñalado y la cosa no pinta bien. Pasamos de eso a unos años más tarde, y ya vemos a Deacon y Booze por el mundo con sus motos, en lo que viene siendo un muy típico mundo posapocalíptico zombie, y sus intenciones de básicamente sobrevivir, ya que en un momento mencionan que Sarah está muerta (sí, ya sé como sigue la cosa). A partir de este punto tenemos dos «rutas» de evolución en historia: la del tiempo actual, y descubrir lo que ha pasado en todo el tiempo pasado. Ambas, me parecen tediosas de seguir, incluso cuando se desvelan puntos claves…
¿Por qué? Bueno, el primer punto es el ya mencionado ritmo de la aventura, que es bastante lento, conversaciones secundarias innecesarias (a veces diálogos duplicados en cuestión de 30 segundos, vivan los bug) y otras que… realmente aportan poco. Los personajes se desarrollan tan poco durante las primeras horas de aventura, que me es imposible hasta simpatizar. El hecho de recurrir a flashbacks de manera constante para ir dándole sentido a las cosas, para mí la verdad que no ayuda mucho. Y es que dentro de «juegos postapocalipticos de zombies» lo encuentro todo muy genérico, estándar. Insisto, esto es mi opinión personal.
De verdad que me cuesta mentalmente avanzar en el juego, se me ha atravesado durante las primeras horas y aunque haya puntos interesantes, no ha conseguido engancharme ni lo más mínimo… Dicho esto, hablemos de otros apartados.
Un gameplay entre realista y ficción
Si hablamos de jugabilidad, Days Gone es un título aceptable dentro de lo que se espera. No es que traiga nada loco ni intente innovar, pero todo lo gestiona bastante bien en este sentido, y aporta una jugabilidad que está en un punto medio entre ser realista, con cierta inmersión, y algún toque más ficticio/heroico de cosas que podrían ser «casi imposible», como que una sola persona enfrente a semejantes hordas de zombies.
Lo primero de todo, son los viajes que plantea el juego. Como buen motero, gran parte del tiempo lo vamos a pasar en moto, y esta parte es quizás la más inmersiva, lejos de que puedas saltar desde alturas y no destruirte de una. Deacon tendrá que repostar gasolina según viajemos (o hacerlo en algún campamento o gasolinera), repararla si nos damos un mal golpe y lo más interesante: comprar piezas para mejorarla, y es algo necesario si queréis jugar tranquilos. Para ello tendremos que hacer favores en los campamentos, comerciar con los recursos para ello y subir tu nivel de afinidad, para, posteriormente, gastar créditos.
Las armas, y algunos extras, se desbloquean de la misma manera en los campamentos, y algo que me agrada, aunque rompe ligeramente con el «realismo» con el que contamos por momentos, es que al comprarlas están disponibles siempre en la caja de armas. Aunque entiendo que si se rompiesen y desapareciesen al morir o algo, alguno igual estamparía el mando contra la pared. La munición, al igual que la gasolina, se puede reponer desde la caja de armas o en los campamentos, y es algo que recomiendo hacer antes de salir a explorar o de misión.
Por otro lado, la parte de a pie, se lleva la mejor parte, aunque insisto, tampoco es que aporte nada nuevo, pero funciona de maravilla. Es un gameplay estándar en tercera persona, con opciones cuerpo a cuerpo y a distancia (armas de fuego, ballesta, granadas…) y con la opción de ir en sigilo si quieres, teniendo en cuenta ruido y visibilidad. Se mueve bien, puedes usar coberturas, el apuntado con armas de fuego está bien llevado, especialmente si usamos la habilidad de concentración, y casi toda la parafernalia extra como los molotovs o cocteles, se hacen mediante crafting en el momento. Esto último se aplica también para los elementos curativos.
Los infectados se llevan lo mejor
Y aunque es básicamente lo que os podéis imaginar, hay buena separación entre los combates contra humanos y los de infectados, con pequeños puntos graciosos cuando se pegan entre ellos y tú «solo pasabas por allí». Luchar contra humanos, es algo básico, aunque también es peligroso, ya que la gran mayoría porta armas de fuego y tú solo eres uno, teniendo que hacer uso de coberturas o sigilo generalmente para eliminarlos. Realmente, creo que se llevan la peor parte por su simpleza, pero gran parte de ello es culpa de su IA, bastante fácil de trucar y a veces de atascar, haciendo que incluso enemigos se queden subiendo/bajando de un sitio o saltando a través de una ventana…
Sin embargo, aunque los infectados y su IA no son a destacar, son los que realmente le acaban aportando emoción a la jugabilidad. Si bien al principio del juego encontramos infectados estándar, y en poca cantidad, más tarde van apareciendo variantes y comienzas las hordas, tanto grandes como pequeñas. Cuando los infectados te detectan, van a comenzar a ir a por ti, y no te van a dar descanso. En este sentido, creo que es lo que hace que el mundo Days Gone brille algo más, le dan chicha al juego, y más si sabes utilizar todas las herramientas a tu disposición. No hay nada más loco que enfrentar una horda grande… o huir de ella, y ver como te van persiguiendo chorrocientos zombies.
Y su mundo abierto lo peor
Por otro lado, creo que como todo mundo abierto, es esto lo que se lleva la peor parte, ya que la fórmula entre títulos acaba siendo siempre lo mismo o similar, y es algo que pienso lleva años atascado. Todas las malas ideas que pueden aparecer en este tipo de juegos se llevan a cabo una vez más, y se dejan ver más todavía después de unas cuantas horas de juego.
Cosas como son por ejemplo algunos encuentros estándar con saqueadores, misiones extras que son todas repetitivas hasta la saciedad, muchos coleccionables por ahí tirados o la necesidad de grindear la reputación de cada lugar para ganar el acceso a algunos objetos. Aunque sinceramente, esta última es la que más entiendo, porque si no, el resto no tendría ningún sentido, y es lo que sostiene el progreso en el juego, necesario incluso para subir las habilidades de Deacon. Pero como digo, todo acaba siendo excesivamente repetitivo, y bajo mi opinión, el conjunto no es demasiado interesante…
Aunque los viajes en moto también son uno de los puntos más interesantes, existe el viaje rápido entre distintos puntos. Algunos de ellos se consiguen del tirón por descubrirlos, o progresando en historia, pero para tener otros tendremos que aniquilar los nidos de infectados, de manera que quede como una «zona despejada» y tengamos menos problemas para viajar. Eso sí, no es gratis el viaje rápido, pues calcula los gastos como si lo hicieses a mano y se chupa el combustible de igual manera.
Aunque por suerte…
En mi caso, que la historia principal y el mundo abierto, son cosas que me pinchan un poco, he disfrutado más de los otros modos de juego que trae el juego. La historia principal se te puede ir a 30 horas, con un montón de opciones de dificultad, speedrun e incluso muerte permanente, así que ahí ya tienes contenido. Luego, desde el menú principal, encontramos los desafíos, que son «niveles» en los que tenemos que cumplir un objetivo principal y unos secundarios, otorgándonos cierta puntuación. Es más, hasta subimos de nivel y ganamos créditos para invertirlo en mejoras de cara a más desafíos.
La principal novedad de esta versión remasterizada la encontramos en el modo de «Asalto a la horda», un modo de supervivencia arcada en el que nos sueltan en una zona, con equipamiento, y tenemos que sobrevivir el máximo tiempo posible explorando y usando los recursos de la manera más eficiente posible. Aquí al subir de nivel, desbloquearemos inyectores, que son modificadores, tanto negativos como positivos, que nos ayudarán a ganar o menos puntos. Si os digo la verdad, casi me ha gustado jugar estos modos que la historia principal, y es sencillamente porque van directos.
Sí que hay diferencia visual, pero…
Days Gone Remastered ofrece dos modos de juego en cuanto a lo visual, el modo rendimiento con una resolución de 1440p y 60 FPS, y el modo calidad, que funciona a 4K y 30 FPS. Aunque yo no probé el juego en PS4, sí que me he dedicado a ver un poco de material en internet, para verificar que, efectivamente, el juego se ve mejor. Las texturas de manera general han ganado bastante más en general y los modelos, pero creo que lo más destaca, sin duda, es la iluminación, que ahora brilla tanto de día como de noche, haciendo de esta un lugar más tenebrosos y realista. En este sentido, no puedo decirle nada al juego, ya que tengo un monitor 4K y en ambos modos el juego se ve de maravilla.
A nivel sonoro encontramos un juego cumplidor, tanto en efectos como banda sonora, donde lo que sí que quiero destacar es el doblaje en castellano. No solo porque la voz de Deacon sea Claudio Serrano, el conjunto de personajes lo encuentro bastante bien. Ya sabéis que pienso que todo juego doblado a nuestro idioma merece, al menos, ser reconocido. La inmersión que un buen doblaje (nada de IA) te puede ofrecer, puede llegar a cambiar la experiencia de juego.
Sin embargo, aunque el juego saliese en 2019, a día de hoy me he encontrado con algunos fallos tontos, que aunque no son demasiado graves, me molestan bastante. Creo que a día de hoy, estas cosillas que me he topado deberían estar solucionadas, o pasar menos. Ya he comentado como la IA puede atascarse fácilmente subiendo y bajando de un lugar o saltando una ventana de lado a lado, pero también podríamos comentar su inutilidad a la hora de detectar a Deacon y la facilidad que tienes para ir en sigilio en estos casos. En alguna ocasión, también se me ha atascado algún menú, teniendo que prácticamente pulsar todo el mando, pero lo más desesperante es que al mantener cuadrado para interactuar con algo, Deacon se acerque y no haga nada, o se vuelva loco recocolandose para interactuar. Son cositas, sí, pero que en enfean.
Conclusiones del análisis de Days Gone Remastered
Sinceramente, sé que mi experiencia ha sido mala pero porque soy bastante crítico con el ritmo de los juegos y los mundos abiertos, no me terminan de convencer casi nunca, y a casi todos les encuentro problemas. Puedo llegar a entender que aquellos a los que SÍ les gustan los juegos de mundo abierto, y están más acostumbrados a estos elementos, pueden llegar a encontrar en Days Gone un buen título, especialmente si no jugaron la versión de PS4 y se encuentran con esta primero. A fin de cuentas, no hay muchos más títulos de mundo abiertos con esta ambientación, y eso siempre da puntos. Como juego, en general, a mi me parece un título que es aceptable, sin mucho más que objetar. He disfrutado más de sus modos de objetivos que de la historia en sí, eso también lo digo, y casi le veo más potencial en este apartado, pero antes de que alguien me pegue, recordad que esto son opiniones subjetivas.
Si tengo que juzgarlo, simplemente como remaster, tengo que decir que las diferencias son especialmente notables en la iluminación y calidad de resolución de texturas y modelado, aunque estas ultimas al final, mientras te mueves de un sitio a otro no le prestas atención. Lo más importante, es que se han incluido también opciones de accesibilidad, los nuevos modos de dificultad (muerte permanente, speedrun) y el asalto a la horda, haciendo que al menos, no sea un «simple» remaster. Recomendado principalmente si nunca habéis jugado a Days Gone, aunque actualizarlo son solamente 10€.
Nota: 7/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por PlayStation.
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