7 de noviembre de 2024
Ak-Xolotl análisis

Análisis AK-xolotl – PC

Adorables y absolutamente violentos

Ajolotes. Que criaturas más adorables, pero a veces parece que les falta algo, un arma de fuego, por ejemplo. Y eso es precisamente lo que hace AK-xolotl. El contraste entre esta apariencia tan linda y la violencia extrema es la jugada por la que apuesta este roguelite. Desarrollado por 2Awesome Studio, y publicado por PlayStack, así como Tesura, quien ha traído el juego en formato físico, junto con su edición coleccionista para PS5 y Nintendo Switch, llegando a PS4 el 27 de febrero.

La mejor violencia es la gratuita

AK-xolotl se caracteriza por su humor tontorrón, tanto en su historia como en su sentimiento general al jugar. Los ajolotes son criaturas adorables y pacíficas, que disfrutan de la vida sin temer a los depredadores. Pero cuando un grupo de estos ajolotes es asaltado, secuestrando a los niños y, más importante, robando su comida, se ponen en pie de guerra. Moraleja: si le vas a robar a alguien, llévate también su fusil de asalto.

Y así, empezamos a jugar en este roguelite porque, efectivamente, es un rogue.

ak-xolotl

Las primeras salas sirven de tutorial. Nos enseñas a movernos, rodar y disparar. Las comparaciones son odiosas, pero el diseño de gameplay está sacado de Enter the Gungeon, y no es inmediatamente algo malo; pues este es uno de los mejores roguelikes que hay. En resumen, podemos movernos y apuntar con nuestra arma. Podremos disparar y recargar, y rodar, que durante gran parte de la animación de esto seremos invulnerables. Es un sistema sólido al juntarlo con las lluvias de balas enemigas que nos caerán en ambos juegos. También contamos con una habilidad, que nos permite recuperar un punto de vida si estamos un tiempo quietos para activarla.

Una vez completado el tutorial llegaremos a nuestra base. Una pequeña llanura donde volveremos después de cada partida. Aquí, de momento, solo podremos cambiar nuestra arma inicial de una muy escasa selección de armas, y de vuelta al tajo. A medida que avancemos en los niveles, desbloquearemos más cosas, como nuevas armas, mejoras permanentes, nuevos personajes y objetos, más armas y comidas. Pero empecemos por las partidas.

 

El AK-xolotl es eterno

Como todo rogue, nos moveremos entre salas, cada una con sus enemigos que disparar, hasta llegar a un jefe, que nos dará acceso a la siguiente área. Estos niveles son, en su mayoría, muy similares. Una sala rectangular que pueden tener trampas, o charcos que saltar, o paredes que sirven de cobertura. En los primeros niveles, al ser más simples, da la sensación de repetición. Luego en zonas más avanzadas parece tener algo más de variedad, o al visitarlas con menor frecuencia, no dan esa sensación.

Empezaremos con nuestra arma inicial, pero podremos añadir una segunda arma cuando nos encontremos con una. Solo podremos llevar dos armas, por lo que si vemos otra arma tendremos que decidir si llevar la secundaria que ya tenemos o cambiarla por la nueva, pues la principal no se puede quitar. Después de limpiar una sala recibiremos una recompensa en un cofre, y se abrirán los caminos a las siguientes, pudiendo elegir la siguiente según la recompensa que ofrezcan. Dinero, un punto más de vida, una arma, un power-up, o una recompensa aleatoria, entre otros. También tendremos la tienda y, más adelante, una sala de descanso donde recuperar algo de vida, pero estas salas no cuentan para el progreso hacia el jefe.

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Al final de cada área, nos espera un jefe que pondrá a prueba nuestras habilidades, acompañados de una bonita introducción y una ilustración de nuestro ajolote al derrotarlos. Al derrotar al jefe, pasaremos por una zona de transición donde recuperar un poco de vida, y a seguir. Tras superar todas las áreas, veremos la cinemática final del juego, pero eso está lejos de ser el fin. Como buen roguelite, ya sea que muramos o terminamos la partida volveremos a la base. Y de vuelta a jugar.

Aquí entra la diferencia de un roguelike y un roguelite. Tras cada partida, conseguiremos muchos recursos que nos ayudarán tanto a conseguir nuevos personajes, como a mejorarlos de forma permanente, haciendo que cada vez seamos un poco más fuertes.

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Un adiós a las armas

Algunas salas tendrán el símbolo de un pequeño ajolote como recompensa. Esas son salas especiales donde conseguiremos un huevo de ajolote, que llevaremos a los campos de crianza una vez volvemos a la base. Allí, podremos cuidarlos, acariciándolos y completando una pequeña secuencia donde le daremos comida, o le cambiaremos el pañal. Esto aumentará su barra de afecto, que al llenarse lo suficiente podrán pasar a la adolescencia.

Sin embargo, otra cosa que podemos hacer es llevarlos al cristal mágico que hay en las zonas de crianza, no me preguntéis por qué, y consumir todo su afecto. Esto, aunque suene algo cruel, nos dará corazones, que podremos cambiar por mejoras permanentes en la tienda de una especie de bruja que montó su puesto allí. Después es posible rellenar de nuevo las barras de afecto, por lo que la mejor estrategia es, primero, conseguir muchos corazones para mejorar los ajolotes, y ya crecerán luego.

Hay dos tiendas más que son importantes. La tienda de objetos, que es una máquina expendedora gestionada por un amable señor, y la tienda de armas. Comprar en estas tiendas desbloquean estos objetos y armas que, una vez comprados, podrán aparecer durante nuestras partidas, sea como recompensa o en las tiendas. Para comprar aquí nos hacen falta diamantes, que sólo podremos conseguir al derrotar un jefe, o como recompensa en las salas de desafío, que vienen marcadas con el símbolo de un diamante. Esto viene muy bien, porque amortigua la sensación de escasez de variedad que hay en AK-xolotl. Todas las armas vienen de unos pocos arquetipos de armas, y no se diferencian mucho dentro de cada arquetipo. Todas las pistolas, todos los fusiles de asalto, todas las escopetas o todas las armas cuerpo a cuerpo se sienten iguales, o muy parecidas.

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Repetición, repetitivo

Volviendo a los jóvenes ajolotes. Una vez en la adolescencia, podemos utilizar ingredientes que recolectamos durante las partidas para crear comidas en la olla que hay en el centro de la base. Cada área tiene su propio ingrediente, por lo que hay que llegar lejos para hacer algunos platos. Cuando tengamos un plato cocinado, se lo llevaremos a un ajolote adolescente y, al dárselo, este crecerá hasta ser adulto. A partir de este punto, podemos intercambiarnos con ese ajolote adulto como nuestro personaje jugable. Esto no sólo cambia la apariencia del ajolote, si no que también cambia sus habilidades.

 

Según el tipo de comida que le demos al ajolote, tendrá una «clase» distinta, con sus propias características. La clase ajolote, por ejemplo, es muy equilibrada: cuenta con 3 puntos de vida, una velocidad media y la habilidad pasiva de cambiar los objetos disponibles de la tienda 1 vez por partida. Podemos cambiar la clase de un ajolote con las comidas aunque estos ya sean adultos, por lo que nos sirve para tener muchos tipos de personajes. Adicionalmente, podemos hacer postres para darle a los ajolotes. Los postres, en vez de cambiar la clase, cambian la habilidad activa del ajolote. Como lo es la recuperación de vida, podemos poner una habilidad que invoque una arma aleatoria, o una que cree un señuelo que atrae la atención de los monstruos.

Con todo esto, podemos tener una gran variedad de ajolotes, o eso es en papel. La gran mayoría de las clases no tienen mucha diferencia entre sí, y no hay tantas. Lo mismo se puede decir de las habilidades, que se beneficiarían mucho de algo más de variedad. Este problema es algo casi constante con muchos aspectos de AK-xolotl. Se siente que falta contenido. Y es verdad que actualmente están en medio de su roadmap, añadiendo contenido regularmente, aún se siente algo escaso. Muchas áreas solo cuentan con un jefe, y se nota la falta de caminos alternativos.

 

Pero tampoco es cuestión de ponerse pesimistas. AK-xolotl es un juego muy entretenido y casual. No por su dificultad, esta es muy asequible, sino por su tono. Uno desenfadado, y a la vez agresivo y absurdo, que lo vuelven hasta gracioso en situaciones. También hay que mencionar el estilo pixel art tan colorido que hace destacar las distintas áreas y a los propios ajolotes. Con el tiempo, será cada vez un juego más sólido y variado.

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Nota: 7.5/10

*Esté análisis ha sido realizado con una clave otorgada por Tesura Games.

Ernex

Buscando qué hacer con mi vida decidí escribir sobre videojuegos, que siempre me han gustado. Y no está tan mal.

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