Apatrullando la ciudad
No me escondo en absoluto al decir que las series de policías siempre han sido de mis géneros favoritos y que en particular The Rookie con Nathan Fillion a la cabeza es de lo mejor que se ha hecho en los últimos tiempos, la cual por cierto me ha estado viniendo a la mente de forma constante mientras jugaba Police Simulator: Patrol Officers del estudio alemán Aesir Interactive. Ahora disponible en formato físico para PS5, Xbox y Nintendo Switch en formato físico de la mano de Meridiem.
Porque aunque las diferencias son más que evidentes, al igual que en la serie, en este título encarnamos a un agente novato que empieza desde lo más básico: poner multas por mal estacionamiento, atender accidentes de tráfico y regañar a peatones imprudentes que cruzan mal o beben alcohol en la vía pública. No esperes empezar con persecuciones épicas en coche o tiroteos de película. Aquí se trata de seguir las normas y aprenderlas también, porque, queridos y queridas mías, si te saltas las reglas que tú mismo estás intentando hacer cumplir, el juego no tiene problema en penalizar todo aquello que has hecho mal.
¿Qué multaste un coche mal estacionado, pero te olvidaste de que era una zona permitida?, multa para ti. ¿Qué has hecho uso de la sirena para llegar más rápido al lugar del accidente cuando no era necesario?, otra multa. Este sistema de puntos de conducta te obliga a pensar antes de actuar, algo que realmente es frustrante al principio, pero después le coges el gusto y hasta te sientes realizado cuando atrapas a un peatón cruzando mal la calle.
Eso sí, no todo es andar libretita en mano. A medida que vamos avanzando, las responsabilidades aumentan: detenciones, controles de alcohol y drogas, búsqueda de sospechosos… aunque cuidado, porque dichos sospechosos pueden escaparse, y más de una vez me he encontrado corriendo detrás de alguien mientras me sentía como el protagonista de una sitcom policíaca y con la música del show de Benny Hill.
Brighton, la ciudad sin ley
El escenario principal, la ciudad de Brighton, es un lugar que parece tranquilo, pero que esconde un caos constante. Los desarrolladores han creado un entorno vivo, con peatones, vehículos y eventos que ocurren de forma aleatoria. A veces la ciudad parece un tutorial interminable de «cómo NO conducir», con coches mal aparcados, conductores que se saltan, semáforos y accidentes cada dos calles. Si alguna vez has deseado jugar a un simulador de malos conductores en Melilla, este es tu lugar.
El diseño de la ciudad tiene su encanto, con varios distritos que vamos a ir descubriendo y que se diferencian entre sí, pero puede resultar repetitivo con el tiempo. Luego están los viandantes, que en particular algo de ellos me hizo mucha gracia y es que tienen una especie de radar para detectar cuándo les estás mirando. Mientras lo haces actúan normales hasta que te giras y, oh sorpresa, se saltan un semáforo o tiran basura al suelo como si no pasara nada. Mis dotes detectivescas hacen que sospeche que Brighton es una ciudad creada para desesperar a los policías novatos.
Eso sí, la dinámica de los barrios está bien pensada. Los diferentes distritos tienen su personalidad: zonas residenciales más tranquilas, áreas comerciales con más movimiento, y algunas partes donde siempre hay algún accidente que resolver. La progresión desbloqueando nuevas zonas le da variedad al juego, aunque al final la rutina de patrullar puede volverse un poco monótona.
Quizás la vida de un policía en la vida real termina siendo igual de aburrida, aunque aquí al menos podemos elegir diferentes formas de vestirnos, algunas de ellas muy divertidas, o terminar conduciendo vehículos policiales de todo tipo.
Una rutina tan realista que necesitarás café y donuts
Aquí es donde Police Simulator brilla: el realismo. Si eres fan de los simuladores meticulosos y exigentes, este juego es como una joya pulida a mano. Cada detalle importa, desde la forma de estacionar tu coche patrulla, hasta cómo realizar un control de alcoholemia. No puedes (ni debes) ir por ahí deteniendo gente a lo loco. Necesitas pruebas, testigos y papeleo. Ah sí, el bendito papeleo y la burocracia. Parece que los desarrolladores tenían una misión secreta: hacerte sentir como un funcionario público en toda regla.
Sin embargo, este nivel de detalle también puede ser su talón de Aquiles. A veces, el juego se siente más como un trabajo que como un videojuego. Imagina pasar veinte minutos (en ocasiones más) revisando coches mal aparcados solo para darte cuenta de que el día laboral se acabó y no hiciste más que poner tres multas y llamando a la grúa para retirar un par de coches, todo esto dependiendo de la duración escogida para tu turno.
Sinceramente, hay momentos en los que te preguntarás si deberías haber estudiado un grado en Derecho en lugar de comprar este título.
Por otro lado, el modo multijugador cooperativo añade un toque divertido. ¿Qué mejor que patrullar las calles con un amigo y competir para ver quién pone más multas? Eso sí, cuidado con los desacuerdos. Un amigo decidió detener a un pobre viandante porque «parecía sospechoso», mientras yo intentaba seguir el manual al pie de la letra. La discusión que tuvimos fue digna de cualquier reality show policíaco de madrugada.
Apartado técnico
Visualmente, Police Simulator cumple, pero no deslumbra. Los gráficos son correctos para un simulador de estas características, con modelados de coches y personajes decentes, aunque nada que te haga saltar de la silla. Lo mejor es cómo los desarrolladores han recreado las animaciones de los personajes: desde el nerviosismo de un sospechoso hasta la actitud pasota de un peatón que cruza mal.
El audio también está bien logrado, aunque las sirenas de la patrulla pueden volverse irritantes después de unas horas. Los diálogos, aunque repetitivos, son funcionales y tienen cierto encanto. Sin embargo, los bugs son otro cantar. En más de una ocasión he visto coches atravesando edificios o sospechosos corriendo en círculos sin motivo. No es nada que arruine el juego, pero sí suficiente para sacarte una risa o dos.
En cuanto al rendimiento, el juego corre fluido, aunque en ciertos momentos, al menos en consola, tiene caídas de frames considerables.
El juego no viene con doblaje al español, pero por suerte todos los textos sí están traducidos, aunque en algunos casos de forma genérica y mal, lo que hace que ciertas decisiones que hay que tomar, terminen siendo confusas.
Conclusiones de Police Simulator: Patrol Officers
Está claro que la mayoría de simuladores son para jugadores de nicho o un público muy específico, en este caso quizás demasiado dirigido a los amantes de los simuladores realistas que disfrutan con la rutina diaria y los detalles minuciosos. Si en tu caso eres de los que prefieren la acción desenfrenada o mecánicas más arcade, aquí no lo vas a encontrar y este no es tu tipo de juego.
Aquí se trata de tomárselo con calma, aprender las normas y disfrutar de la satisfacción de hacer las cosas bien o al menos como marca la ley.
Además, tiene un encanto peculiar que me terminó gustando porque a veces se siente como una parodia de lo que debería ser la vida policial, con sus ciudadanos haciendo cosas ridículas y sus bugs ocasionales. Pero detrás de todo eso hay un juego bien planteado, con mecánicas interesantes y una experiencia que, si te termina enganchando y además encuentras un amigo al que le haya enganchado también, puede durar horas.
Así que, si siempre soñaste con ser un agente del orden (o si simplemente quieres regañar a conductores imprudentes), Police Simulator: Patrol Officers es una opción a considerar. Eso sí, no olvides tu libreta de multas y tu paciencia.
Nota: 6.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Meridiem.
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