Kiryu vive la lucha sigue
A la espera de la salida de Like a Dragon 8, nos llega Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, un título que nos cuenta los eventos que acontecen al antiguo protagonista de la saga de Yakuza (ahora llamada Like a Dragon), Kiryu Kazuma; explicando lo sucedido entre los sucesos de los juegos 6 y 7. Un juego muy corto que bien podría haber sido un flashback, pero que acabó como un título por separado. En este análisis se tocará la historia del juego, pero sin ningún tipo de spoiler, puedes leer tranquilamente. Un análisis del juego en PC, en Steam, y localizado al español, que siempre es un punto a favor.
La vida de un hombre que debería estar muerto
Antes de empezar a hablar de la historia del juego, es importante mencionar que este está lleno de spoilers de otros títulos de la saga. Más concretamente, de los juegos 1, 6 y 7. Es posible jugar y entender la historia sin haber jugado a ningún juego previamente, pero también nos perderíamos muchos guiños.
Tras los eventos de Like a Dragon 6 The Song of Life, Kiryu debe fingir su muerte, bajo el control de una organización llamada Daidoji. Esta organización se encargaría de hacer creer al mundo que Kiryu Kazuma está muerto, mientras que el mismo Kiryu trabajaría para ellos de forma ocasional, manteniendo un perfil bajo en un templo. A partir de entonces, su nombre sería Joryu. Este acuerdo se mantendrá, y los niños del orfanato Sunflower que Kiryu solía cuidar podrán vivir tranquilamente siempre que no se descubra que sigue con vida. Sin embargo, durante una misión, las cosas se tuercen y Joryu corre el peligro de ser descubierto por la Alianza Omi, quien se interpone en nuestros planes. Lo que lleva a la facción de Daidoji a actuar en Sotenbori.
Será en Sotenbori donde se desarrolla la mayor parte del juego. Llegaremos allí a encontrarnos con un contacto llamado Akane. Y es entonces cuando se nos empieza a abrir el mundo de Like a Dragon Gaiden. Como ya acostumbra la saga, las calles de Sotenbori están llenas de vida y actividades en las que pasar horas y horas, y que hacen de contraste con la seriedad de la historia principal. Sin embargo, otra de las señas de identidad de Like a Dragon nos viene algo cambiada, las ‘subhistorias‘.
Para ello tenemos que mencionar la red de Akane, un sistema que consiste en hacer favores a la gente de la ciudad, y realizar distintas actividades para subir el nivel de la red de Akane. Hacer esto nos proporciona puntos de Akane con los que subir de nivel nuestras habilidades y comprar cosas en la tienda de Akane. Y es dentro de esta red donde están las subhistorias, llamadas encargos, donde Akane nos explicará la situación de cada uno y que al completar obtendremos grandes recompensas. Estos encargos se van desbloqueando según avanza la historia y el nivel de la red, y se diferencia del resto de recados que vamos haciendo por toda la ciudad al tener algo más complejidad.
Puñetazos para todos
El otro gran atractivo de Like a Dragon Gaiden es su combate. Una vez más, volvemos a las peleas rápidas de beat ‘em up como en sus juegos anteriores. Joryu ha aprendido las artes marciales de los Daidoji, que combina movimientos de otras artes y los utiliza para reducir a sus adversarios con golpes rápidos y certeros. Un estilo de combate que aporta movilidad, y mucha versatilidad gracias a los artefactos. Y es que Joryu no se limita solo a dar puñetazos, patadas y agarres, pues puede utilizar diversos artefactos cuyas funciones le convierten en una versión más molona del Inspector Gadget, si es que era posible. Un claro de ejemplo son los hilos del artefacto «araña», que nos permite agarrar a enemigos que estén alejados y atraerlos rápidamente, o para inmovilizarlos; aunque también la podemos utilizar para coger objetos y armas que estén lejos (o incluso arrebatárselas a los enemigos).
Pero como he dicho, este es un estilo, pues Gaiden trae el combate con estilos, pues vivo o muerto, la leyenda del Dragón de Dojima no se olvida. El estilo del Dragón de Dojima no ha cambiado mucho con el tiempo, pero nos ofrece un estilo de juego más centrado en dar golpes contundentes y encajar mejor los golpes. En casi cualquier golpe que demos, podemos mantener puslado el botón para cargar el ataque durante unos momentos, lo que hace mucho daño y puede mandar a los enemigos volando o romper su guardia.
La otra característica importante del combate es la barra de calor. Este medidor se irá llenando a medida que atacamos, y puede utilizarse para desatar acciones de calor (heat actions) que hacen un daño considerable y que son muy disfrutables. Adicionalmente, podemos utilizar la barra de calor para entrar en un estado de calor extremo, donde la barra se va vaciando con el tiempo, pero a cambio nuestros golpes se potencian enormemente y tenemos acceso a movimientos y acciones de calor nuevas y muy poderosas.
Para cualquiera de estos dos estilos, así como las estadísticas de Joryu se pueden mejorar gastando dinero y puntos de Akane. Desbloqueando nuevas acciones de calor y técnicas (tiger drop my beloved), o mejorando la cantidad de esquivas que podemos realizar y los artefactos y su durabilidad.
La esencia del Yakuza
Pero nada es perfecto en el oscuro mundo de la mafia y la política, y Gaiden no se salva de ello. La dificultad basada en grandes grupos de enemigos, con armas difíciles de bloquear que vaporizan tu barra de vida puede hacer algunos encuentros algo frustrantes, y algunas mecánicas que fallan o que no funcionan tan bien como deberían también nos rompen un poco la experiencia de juego, aunque se trate de casos puntuales.
Con todo lo dicho, Like a Dragon Gaiden se coloca como un juego muy sólido de la saga, incluso tratándose de un spin-off que ni iba a ser un juego para empezar. Sin embargo, Ryu Ga Gotoku Studios ha sabido traer a la mesa una experiencia muy corta, pero que sabe donde tiene que profundizar más; pues el Castillo es una de las mejores localizaciones y los torneos son de los mejores de la saga. El combate de beat ‘em up tampoco se queda atrás, y se ha convertido en uno de los más divertidos dentro de los juegos de Like a Dragon. O el poder de vestir a Joryu con una capacidad de personalización enorme, son los toques que hacen especial este título. Y no se salva de sus fallos, por supuesto, pero estos tampoco desmerecen el juegazo que tenemos entre manos.
Con una historia más corta y, quizás no tan profunda y dramática como los juegos principales, que ronda las 15 horas de juego, tenemos uno de los juegos más cortos de la saga. Y eso es lo ideal para un juego que se diseñó para hacer de puente entre juegos y para dar mejor paso a Like a Dragon Infinite Wealth, pues nos acercamos a su fecha de lanzamiento. Y Like a Dragon Gaiden no nos decepciona, y nos deja con muchas ganas del siguiente título. Especialmente gracias a que, una vez completada la historia, no solo nos desbloquea el «modo libre», si no que también nos da acceso a una versión de prueba de Like a Dragon Infinite Wealth.
Como último apunte, quiero recomendar en qué orden debería jugarse este título. Pues es posible que tu primer juego fuera el Yakuza Like a Dragon (Yakuza 7), y que quieras conocer un poco la historia de Kiryu, o que vengas de jugar todos los juegos anteriores y estés por meterte al 7, o al 8; y en cualquier caso está bien, pero la mejor opción aquí es, sin duda, haber jugado antes a Yakuza 7 (y preferiblemente, a todos los juegos anteriores), y estar por jugar al Infinite Wealth.
Nota: 8.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Dead Good Media.