Death of a Wish, venganza y ataques epilépticos
Al igual que con la comida, un juego primero nos entra por los ojos. Si tiene buenos gráficos, o una buena dirección artística. Por lo general, juegos más experimentales en estos apartados puede ser tachado de feo, o incomprensible; pero he desarrollado un gusto por este tipo de juegos. Juegos más, visualmente abstractos, que no feos. Y eso es lo que me llevó a Death of a Wish. Un juego con una estética muy especial a la que, si no padeces riesgos de epilepsia, vale la pena considerar.
Qué mala que es la venganza, pero…
Esta es una historia de venganza. Christian, que fue criado por el culto a la vez que engañado por él, iba a ser sacrificado. Al darse cuenta de su destino, decide rebelarse y acabar con todos los altos cargos del culto. Pero las cosas no son tan fáciles como parecen, y el ahora llamado Neo Sanctum bajo un cambio de jefes, supone una amenaza mucho mayor, tanto para Christian como para el mundo.
A lo largo del viaje de Christian, encontraremos a muchas personas que sufren o han sufrido por las actividades de este culto, algunas, incluso dispuestas a ayudar mientras otras intentarás persuadir a Christian para que abandone su misión suicida.
Una historia cruda y llena de sufrimiento en cada paso que damos, en un mundo en declive, asolado por criaturas que llaman Pesadillas (Nightmares), la gente, más que vivir, sobrevive. Quizás no el mejor apartado de Death of a Wish, pero está lo bastante presente como para seguir jugando. En resumen, la historia no es mala, pero tampoco creo que sea sorprendente o novedosa.
Combates rápidos y divertidos, si puedes verlos
Death of a Wish es un juego hack n’ slash. A medida que avancemos por el mapa que, pese a tener alguna ramificación es esencialmente lineal, nos encontraremos con una gran variedad de enemigos en las distintas zonas. A veces podremos evitarlos, pero la mayoría de las veces, tendremos que derrotarlos a todos para poder avanzar. y aquí entramos a cómo funcionan los combates.
Los sistemas de combate son simples, y a la vez complicados. Para matar a las pesadillas que rondan por el mundo, pues les damos de golpes hasta que se mueran. Ya sea con golpes ligeros o pesados, que estos últimos se diferencian en que tienen más alcance; cargar ataques o atacar con nuestro familiar, un orbe flotante que nos acompaña. Sumado a esto, también podemos esquivar y hacer parrys. Al esquivar hacia un enemigos que está realizando su ataque, realizaremos un parry que nulifica el golpe y baja en gran medida su barra de postura. En efecto, los enemigos cuentan con barras de postura, que al vaciarse, entran en un estado vulnerable, no atacarán por unos momentos y recibirán mucho más daño.
En cuanto nuestro personaje, es bastante variado. Poseemos un aria, que vienen a ser los poderes que tiene este chico con cuernos. Esta aria determina los ataques normales, pesados, cargados, y el tipo de daño que hace. Por ejemplo, empezamos con una aria que hace daño físico, mientras que la siguiente que conseguimos hace daño etéreo. El daño físico es más efectivo para la postura, mientras que el daño etéreo hace más daño a Pesadillas. Podemos tener hasta 2 arias equipadas a la vez, pudiendo alternar entre ellas en cualquier momento. Pero no solo podemos cambiar el aria en general. Podemos tener un aria puesta como la principal, y poderle el golpe cargado de otra aria, o poner una aria como secundaria, dando algunas características de esta.
El familiar también se puede cambiar entre varias opciones, que varía el tipo de ataque que realiza. Estos ataques de los familiares consumen la barra de energía que también necesitamos para los golpes cargados.
Por último, tenemos las virtudes y las cartas. Las primeras, las virtudes, son habilidades que podemos equipar como un sistema de amuletos. Estos ocupan una cantidad determinada de espacios, que son limitados, y nos dan varias habilidades. Ya sea hacer más daño al tener poca vida, hacer más daño con cargados y más, estos son muy útiles en su mayoría y ayudan a reforzar los distintos estilos al jugar. Al igual que conseguimos virtudes, podemos aumentar la cantidad máxima de espacios disponibles. Las cartas, por otro lado, están sujetas a la aria a las que se las asigne. Cada aria puede tener dos cartas asignadas, que dan otro repertorio de mejoras para nuestro personaje.
Junto con todo esto, al derrotar enemigos conseguiremos experiencia, que podemos utilizar para subir de nivel en los puntos de descanso, donde además recuperaremos toda nuestra salud y reaparecerán los enemigos; o para comprar en las tiendas.
En los puntos de descanso recuperaremos la vida perdida, pero eso no es todo. Recibir daño o morir siempre resulta un riesgo, y hay pocos objetos curativos en el juego, por lo que se nos dan los «rewinds«. Estos son, básicamente, reintentos que podemos utilizar si durante la pelea vemos que lo estamos haciendo mal. Al usarlos, se reiniciará todo el combate de la sala actual, devolviendo la salud, objetos y porcentaje de corrosión al que estaba al entrar a la sala. Estos reintentos son limitados, pero también se rellenan al descansar.
Molar, no tanto una decisión como un estilo de vida
Hemos hablado de una barra de corrupción, pero no he explicado qué es exactamente. Para resumir, es una barra que muestra nuestro estado mental, entre otras cosas. Esta empieza en cero, pero se irá llenando poco a poco mientras estemos en combate, seamos golpeados o derrotados. Cuando esta llegue al 100%, algo muy malo pasará. No diré qué sucede, pues es un spoiler, pero no quieres que la barra se llene nunca. Para ello, hay una forma de reducirla. A partir de cierto momento del juego, tendremos una calificación después de cada combate que marca si hemos jugado mejor o peor. Si no hemos recibido daños, o acabamos con todos los enemigos rápidamente, nos darán más puntuación. Cuanto mejor sea la puntuación al final de cada combate, se nos reducirá mayor o menor porcentaje de la barra. Hay un castigo muy grande por no jugar bien, pero Death of a Wish se asegura de dar herramientas suficientes para lidiar con ello.
Y estas son muy necesarias porque el juego es difícil, muy difícil. En el modo de dificultad normal, ha habido momentos que me parecieron completamente imposibles. Algunos enemigos tienen demasiada vida, y hacen demasiado daño para siquiera llamar justo al enfrentamiento. Y quedarse atascado en un enfrentamiento es muy negativo para la barra de corrupción. Por suerte, hay modos de dificultad más sencillos, y en el menú contamos con la opción de activar ajustes de asistencia mayores, como aumentar mucho nuestra vida, hacer más débiles a los enemigos, o hacer que la barra de corrupción suba más despacio, por lo que cada uno puede ajustarse su dificultad como le parezca. Una gran decisión si tenemos en cuenta que lo prioritario es tener diversión.
Con todo, un buen juego
Con sus cosas, me lo he pasado bastante bien jugando Death of a Wish. La historia es lo suficientemente interesante para seguir jugando, la dificultad, aunque exigente y muy dura, es ajustable a algo más asequible, y dentro del apartado artístico, sobre todo visual, es de sus puntos más fuertes. Puede costar acostumbrarse y entender los que sucede en pantalla en ocasiones, pero todo es cuestión de hacerse.
Ha resultado ser un buen juego en general, saltando esos momentos donde la dificultad pega un salto enorme, o que me haya sentido perdido al no saber por dónde avanzar. Pero no son tantos estos momentos malos.
Nota: 7/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia otorgada por Indie Bros