Nostalgia ochentera y productos gore de serie B
Quien me iba a decir a mi que cuando ví hace casi una década la película de corte indie Turbo Kid, terminaría jugando y haciendo una review de un juego que resulta ser una continuación de aquel título rodado en, ¡oh, Canadá!.
La película contaba con algunos actores secundarios entre sus filas y quizás los más conocidos para el público internacional o más allá de las fronteras canadienses, eran Romano Orzari, cuyo rostro es muy conocido por los seguidores de Assassin’s Creed, al dar voz y vida a Giovanni Auditore, padre de Ezio tanto en los cortos, como en el primer videojuego del asesino más famoso de la historia. La otra celebridad y que hacía el papel de villano, era Michael Ironside, mundialmente conocido por Starship Troopers, Desafío Total o la serie V.
En su historia se planteaba un distópico futuro basado en una ucronía que sucedía entre los ochenta y noventa, que bebía mucho de otros filmes como Mad Max y Los Bicivoladores, así como de una grandísima cantidad de referencias a juguetes y tecnología, como por ejemplo el nombre de la risueña y divertida cyborg que acompañaba al protagonista, que respondía al nombre de Apple.
Siendo casi un producto superheróico de serie B o incluso Z, la película daba muestras de querer replicar no solo a nivel visual y casi actoral, muchos de los títulos de fantasía o terror de los años ochenta, si no que también con una banda sonora que parece firmada por John Carpenter, los momentos gore de algunas escenas que rozan lo ridículo y el no tomarse en serio, hizo que Turbo Kid rápidamente se convirtiera en una obra de culto, o al menos, con bastantes seguidores que pedían una secuela.
Y dicha secuela ha llegado de manos de Outerminds, que uniendo fuerzas con la productora de la película, nos traen la continuación de las aventuras de este chaval fan del superhéroe Turbo Rider y que a lomos de su bicicleta, junto a su inseparable machete y el versatil Turboguante, buscará la manera de cruzar el Páramo, pero no sin antes tener que enfrentarse a montones de seres de lo más variopinto y los peligrosos rufianes de las distintas bandas que pueblan la zona.
Algo muy interesante que nos propone Turbo Kid, es la opción de jugar con la cyborg Apple de una forma no canónica cambiando ligeramente la historia, apareciendo con su característica bici-unicornio, además de estar portando la poderosa b como arma.
Mucho más que un metroidvania
Desde el momento en el que comienza el título, dando igual a quien hayamos elegido, rápidamente el juego nos despoja de nuestra bici, arma y Turboguante, enviándonos al epicentro del extensísimo mapa del que se compone Turbo Kid, New Hope. En este lugar mientras hablamos con las personas que nos vamos cruzando, iremos descubriendo muchísima información y datos sobre el mundo en el que transcurre esta historia, creando de esta forma un lore que daría para una serie de varias temporadas, lo cual no os voy a mentir, me encantaría.
Algunas de estas personas, por el simple hecho de tener una extensa conversación con ellos nos darán interesantes recompensas, otros sin embargo nos harán encargos de todo tipo que nos beneficiarán en el futuro o desbloquearán nuevas zonas del mapa que previamente, como en todo buen metroidvania, estarán cerradas o bloqueadas.
Mismamente al principio, nuestra principal misión es recuperar nuestra bici, el arma y el Turboguante, lo que nos llevará a pie durante casi dos horas, a recorrer gran parte de las zonas de Turbo Kid y de paso, todo sea dicho, a hacernos con los controles un tanto enrevesados, para manejar a nuestro protagonista. Y eso aún sin ir a lomos de nuestra montura, la que por cierto de una forma muy inteligente, han hecho que podamos acceder a ella.
Gracias a una joven científica llamada Naomi, podremos teletransportar nuestra bicicleta desde su laboratorio hasta nuestra posición y desplazarnos por las distintas zonas, o alcanzar algunas otras que a pie es literalmente imposible su acceso, así que nos toca aprender a combinar el uso de ambas opciones para llegar a lugares que nos pueden parecer imposibles.
Para ello, el título hace uso de las físicas que hemos visto en títulos como Trials Fusion o en el genial Laika: Aged Through Blood, considerado el primer motorvania y del que Turbo Kid, bebe un poquito, pero no mucho, a la hora de controlar nuestra bicicleta.
También nosotros podremos teletransportarnos de una zona a otra, gracias a las máquinas que se encuentran en algunos lugares por los que vayamos pasando, esto viene perfecto si se nos dan casos como por ejemplo querer volver a New Hope para comprar ventajas con la chatarra que vayamos acumulando, entregar coleccionables de encargos, o por el simple hecho de cambiar un poco de aires en otra zona.
Un mundo lleno de peligros, pero también de diversión
No todo en Turbo Kid va a ser reventar cabezas, que por cierto podemos usar estas como armas arrojadizas, ni pintar suelos y paredes con la sangre de nuestros enemigos usando todo tipo de armas y utensilios que iremos teniendo a nuestra disposición, ya sea a base de electrocuciones, turboexplosiones o partiendolos en dos con prácticas sierras eléctricas y otras armas.
También hay lugar para participar en ciertos eventos en los que a contrarreloj, vamos a tener que competir pasando por puntos de control en un determinado tiempo límite, o haciendo trucos con nuestra bicicleta para obtener la mayor puntuación posible y de esta forma recibir jugosas recompensas.
Os confieso que me he pasado bastante tiempo haciendo pruebas de este tipo, básicamente porque vienen genial para hacerse con el control de la bicicleta.
Pero no debemos olvidarnos que debemos ayudar a Turbo Kid a escapar más allá de los límites de este Páramo tras hacerse con los cuatro chips de arma únicos que funcionan como llaves para desbloquear una puerta de acceso, ni tampoco de ir ayudando a los ciudadanos o máquinas que nos iremos encontrando y hacen encargos, o recogiendo los cartuchos y casetes que están repartidos por distintas zonas como coleccionables.
Todos nuestros avances y descubrimientos, se irán anotando en la libreta de nuestro protagonista, al igual que hacía en la película y que nos sirve para consultar en cualquier momento las misiones en curso, pendientes o simplemente a nivel informativo y lore de este peculiar universo que nos dará momentos de acción, diversión, mucho humor y algo de filosofía.
Eso sí, aseguraos de ir salvando cada poco la partida en los diferentes y cómodos sofás repartidos por todo el mapa, que los enemigos no dudarán ni un momento en acabar con nosotros.
Apartado técnico
Turbo Kid presenta un preciosista pixel-art, sobre todo en sus fondos, con unos escenarios que van más allá de representar y mostrarnos las distintas zonas e incluso biomas que aparecen en el juego. Estos fondos, tienen vida, podemos ver situaciones que están sucediendo en segundo plano y que incluso a veces, reaccionan a nuestro paso.
Luego están los personajes, que con su aparente simple diseño, en realidad están mucho más detallados de lo que cabría esperar y además ayuda a que las animaciones sean mucho más fluidas, sobre todo en las referentes a nuestro protagonista y su montura.
Respecto al tema sonoro, la música incluye temas synthwave de corte retro al igual que en la película, logrando que sea mayor la inmersión y haciéndonos sentir que realmente vivimos esos ucrónicos años ochenta. En cuanto a los efectos de sonido, son bastante normales y hasta se podría decir que justos en ocasiones.
El juego viene perfectamente traducido al español y no he llegado a ver ningún error tipográfico o de traducción, respetando bastante bien algunos de los nombres que fueron traducidos en la película.
Conclusiones de Turbo Kid
Ofreciendo muchas horas de diversión, no solo por el hecho de ser un metroidvania bastante extenso, Turbo Kid ofrece además otro tipo de jugabilidad que nos tendrá frente a la pantalla muy entretenidos y queriendo superar nuestras puntuaciones gracias a los desafíos de ciclismo extremo de la Liga de Carreras de Bicicletas.
Más allá de todo esto, estamos ante un título que honra a la película en la que se basa y además logra expandir y crear un inmenso universo con su lore que hará las delicias de los fans de este título.
Turbo Kid es exagerado, excesivo y muy divertido.
Nota: 7/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Freemode.
