24 de noviembre de 2024
Darkest Dungeon II análisis switch

Análisis Darkest Dungeon II – Nintendo Switch

La quintaesencia de la mala leche

He catado a lo largo de mi vida tropecientos mil videojuegos y Darkest Dungeon II entra entre los que podrían llamarse «más porculeros» e injustos que jamás he catado. Lo sé, muchos de los «pros» de estos géneros que estáis leyendo estas líneas, diréis que no es para tanto, que si es un roguelike y qué esperabas… todo eso que os hace ser superiores moralmente, pero que luego en otros géneros, chilláis como gorrinos.

Me gustaría recalcar que cuando jugué el primer título en PC, este me pareció muy bueno y con una dificultad que aun siendo bastante extrema para el género, era genial en muchos aspectos y bastante redondo en todo, haciéndome pasar muy buenos ratos y enganchado al juego desarrollado por Red Hook Studios. Pero lo que no me esperaba en absoluto, es que su secuela, a la que muchos les pareció innecesaria, pese a su mayor dificultad, me enganchase aún más.

Sí, me he quejado de que su dificultad roza más la mala leche que lo desafiante, pero sin esta esencia, no me hubiese tenido un día entero enganchado a mi Nintendo Switch, tan solo soltándola en algunos momentos para ver como España goleaba a sus rivales y se coronaron por cuarta vez, reyes de Europa.

Volviendo a este lovecraftiano juego de rol y combate por turnos, toca explicar un poco su premisa, antes de profundizar del todo en su jugabilidad y el motivo por el que reitero en que es tan injusto como adictivo. Droga dura mis queridas personitas.

Review Darkest Dungeon II - Switch

Una expedición en diligencia camino del apocalipsis

Continuando no de forma muy directa los hechos e historia del primer juego, en Darkest Dungeon II enriquece aún más el lore de este universo y el de sus personajes, que resultan ser unos inadaptados y héroes con muchos fantasmas pasados por los que nadie daría un céntimo (algo así como pasaba con la selección española de fútbol y mira).

En grupos de cuatro, se embarcarán en un viaje por la carretera de los condenados mientras se nos va narrando una historia en la que un personaje de cierta relevancia de profesión académico, nos cuenta que la llama de la Esperanza se está apagando y como han cambiado las cosas desde que nos conocimos y compartíamos muchos temas espirituales y demoníacos. La forma en la que las cosas han ido cambiando, todo para ir descubriendo hechos que sucedieron en el primer juego y también otros que nos llevan a esta situación actual donde la oscuridad reina y la esperanza casi se ha perdido por completo.

 

Esto nos llevará también que los personajes tengan un trasfondo emocional muy importante, donde ahondaremos en sus respectivos pasados, no solo viendo en varios actos su historia, sino participando en ellas y de no hacerlo bien, tendremos que seguir intentándolo, pero lo que de verdad hará que sus emociones repercutan en el destino de cada una de nuestras incursiones, serán la afinidad y unión de los personajes de distintas clases entre sí, pudiendo llevarles al rencor u obsesión en muchos casos.

Todo esto mientras revivimos en casi un interminable bucle, las cinco confesiones de nuestro protagonista principal y que el nuevo narrador, nos irá contando los hechos y repercusiones de cada una de ellas mientras no para de recordarnos que la Esperanza se apaga y somos los únicos capaces de mantener viva la llama con cada enfrentamiento y victoria en nuestro camino y venciendo nuestros miedos.

A diferencia del primer título donde era un puro juego de mazmorras en el que ir explorando cada una de ellas obteniendo mejoras y recursos que gestionar, se nos explica y justifica los motivos por los que ahora nos movemos en una diligencia para realizar cada incursión o hacer frente a emboscadas y otros tipos de peligros, aunque también para llegar a zonas de descanso en forma de posadas, hacer resonar ecos del pasado y todo esto mientras podemos seleccionar en algunas ocasiones el camino a tomar.

Más de roguelike que de dungeon crawler

Respecto al primer título, Darkest Dungeon II ofrece muchos más cambios que solo a nivel estético (ya llegaré a eso) o la forma de movernos y presentar la historia.

También hace más hincapié en el género roguelike y eso es algo que se nota desde un primer momento y donde más exigente se vuelve a la hora de tener en cuenta ciertos factores como la preparación de nuestros personajes y el equipo o las mejoras de cada uno, tener en cuenta el estado de nuestra caravana para no quedar tirados por el camino y como no, las recompensas acumulativas que obtendremos por cada incursión.

Todo esto queda patente en El Altar de la Esperanza, donde a base de encender velas que tendremos disponibles, obtendremos todo tipo de mejoras y recursos que se irán desbloqueando y que nos vendrán de maravilla para poder avanzar más y mejor, así como también vamos a poder conseguir objetos de todo tipo, mantener a nuestros personajes con sus estadísticas y habilidades activas y como no, desbloquear otros nuevos.

Aquí es cuando conviene recordar que los factores de afinidad entre personajes son vitales y nos sacarán de más de una situación límite y si esta es buena entre ellos, ya que la personalidad de cada uno y la forma de relacionarse con los demás, puede llegar a frustrar un combate por el simple hecho de tener un roce entre ellos y que cuando más unidad necesitamos en el grupo, acaben matándose entre ellos (como a veces nos pasa en la redacción cuando hay comida de por medio).

Esto es solo un punto de dificultad extra entre las nuevas mecánicas añadidas a una jugabilidad que mejora con mucho al primer título, el cual rozaba casi la perfección, pero así como en este caso es algo que funciona muy bien y se agradece esa implementación, por otro lado hay cierta aleatoriedad en estos puntos que vuelven los combates muchas veces aún más injustos, donde ya poco lo son.

Y es que desde la primera senda a la última que nos lleva camino a La Montaña, los enfrentamientos con los enemigos nos pondrán en constantes aprietos y una muerte tras otra por más que mejoremos a nuestros personajes, o les eliminemos en las posadas las partes negativas de su personalidad como los miedos y les potenciemos las virtudes o tengan una gran afinidad que permite golpear con más fuerza y poder.

Llega un momento en el que te cuestionas si realmente está mereciendo la pena todo al ver como aun contra enemigos «sencillos», ves como tu equipo bien preparado y teniendo en cuenta no fallar ni un solo ataque o controlando la salud de tus héroes, los rivales aciertan todos los ataques con el mayor daño y aplicando estados como envenenamiento o sangrado sin parar, mientras que tú puedes fallar hasta seis ataques seguidos y cuando aciertas uno, es con el menor valor posible y sin aplicar ningún estado por más que lo tengas potenciado.

Esto es lo que hace que el juego sea muy injusto la mayoría de veces, obligando de una forma muy descarada a reiniciar una y otra vez cada incursión, aunque gracias a su jugabilidad, el trasfondo de la historia y personajes, sumado a otros factores, hace que sea de lo más adictivo que puedas echarte a la cara.

Apartado técnico

Hay un claro salto gráfico entre este Darkest Dungeon II y el primero, donde lo que más sobresale es el haber pasado de las 2D a lo que se conoce como 2.5D y personalmente es algo que le ha sentado genial, sobre todo teniendo en cuenta el rediseño de personajes y mientras vamos en el carruaje a través de distintos caminos a cada cual más grotescamente aterradores y angustiosos que el otro.

Lo cierto es que en esta ocasión se nota que no solo a nivel lore se ha buscado el hacer algo más grande, sino que a nivel estético, el Darkest Dungeon II ha madurado y eso se nota en cada nuevo diseño y no solo de los héroes, también los enemigos se han beneficiado de unos nuevos diseños que los hacen increíbles, sumado todo esto a las animaciones, que en parte parecen simples, pero que son bastante prácticas y llamativas en algunos casos.

En el apartado sonoro, en particular los efectos, no sobresale mucho en calidad, pero es en la banda sonora donde se puede apreciar el gran trabajo de Stuart Chatwood y que en más de una ocasión nos pondrá los pelos de punta con los diferentes temas, sobre todo en combate, dotando a Darkest Dungeon II de una oscura epicidad.

Por otro lado, la voz del narrador en inglés es de una factura soberbia, aunque se hubiese agradecido un doblaje al castellano. Por suerte, el juego viene totalmente traducido al español y sin apreciables errores en sus textos.

Lo que sí no me ha convencido nada en esta versión de Nintendo Switch, han sido algunos bloqueos en los menús y los enormes tiempos de carga que tiene en ciertos momentos.

Conclusiones de Darkest Dungeon II

Hay quien dice que Darkest Dungeon II es para masoquistas y no le quito la razón en ningún punto. Lo cierto es que es un juego duro de roer, que te recompensa de forma lenta y hasta mal, pero que gracias a su jugabilidad, la historia y lore, más un algo que lo hace adictivo, sin duda alguna Darkest Dungeon II es un juego a tener muy en cuenta si se le perdona lo injusto e insufrible que puede llegar a ser.

Ideal para los adoradores de Lovecraft, los roguelikes, el rol y que les guste vivir al límite.

Nota: 8/10

*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por ICO Partners.

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Joshkerr

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