Empty Shell y los misterios del espacio
Cualquiera diría que me pagan por traeros juegos de Hyperstrange, pero es que por ahora no me ha tocado jugar uno solo que no me guste, y los que están por venir. Hoy, os traigo el análisis de Empty Shell, desarrollador por CC Arts y que aviso, me ha acabado sorprendiendo para bastante bien. Empty Shell es un juego que mezcla terror, roguelike y puzles con un peculiar apartado artístico blanco y negro lleno de píxeles, y aunque suena loquísimo, le funciona absolutamente todo. Así que sin mucho más que decir, vamos con el análisis de Empty Shell.
La misión no era tan sencilla
La historia de Empty Shell es bastante simple de explicar por suerte, y es que básicamente tomamos el papel de voluntarios que firman un contrato, sin muchos detalles, para hacer una misión de recuperación en una isla cuyas instalaciones llevan años abandonadas. Sin embargo, estas instalaciones no están del todo abandonadas, pues se trata de una base de investigación ultrasecreta en la que ha sucedido algo que ha acabado con todos. Eso sí, ahora nos tendremos que enfrentar a unas versiones mutadas de todos los investigadores y soldados que hay en la base, así como diferentes tipos de seres extraños que parecen venir de algún remoto lugar del espacio.
Lo que primeramente parecía que iba a ser una misión sencilla, rápidamente se torna en una masacre continua de ambos bandos. Ellos están por todas partes, y nosotros estamos ligeramente indefensos. Además, si morimos toca comenzar de nuevo el nivel, porque tiene elementos de roguelike, pero también tiene una campaña por así decirlo, separada en diferentes niveles. Cada uno de ellos funciona de manera independiente: si mueres, comienzas ahí, y si sales del juego, puedes comenzar ahí. No se reinicia la campaña al completo.
Y por aquí, ya vamos a ir directamente a hablar del juego, de la historia, solamente añadir que tiene bastante más contenido del que parece mediante documentos, secretos y terminales. Hay mucho misterio y pequeños detalles, que iremos descubriendo e iremos enlazando. Nos vamos a enterar tanto de la vida de las personas y los sucesos de la base, como de la aparición de esta misteriosa entidad que ha tomado el lugar.
Siempre seremos reemplazados
El juego es bastante sencillo de entender y entrar en su bucle de juego. Arrancamos partida en el papel de uno de los voluntarios, que comienza con un equipamiento aleatorio, inspeccionamos el sitio y enfrentamos a los enemigos, si cumplimos los objetivos, pasamos de nivel, si no lo hacemos y morimos, comenzamos con otro voluntario y equipo aleatorio. Ahora, cada vez que morimos, no solo aparecemos con nuevo equipamiento, también se generará el nivel de manera aleatoria. Y así, hasta que terminemos la campaña, obviamente hay cositas entre medias que son las que voy a explicar ahora.
En cada nivel exploraremos en busca de más recursos, aunque nuestro inventario tiene un límite de capacidad de 8 espacios ampliables. Estos se ven ocupados por las armas, tipos de munición, gadgets, botiquines, placas de armadura o incluso objetos clave como llaves. Todos estos objetos los iremos obteniendo a base de explorar el nivel y abrir los cofres que encontraremos, pero también de unas máquinas expendedoras que venderán muchas más cosas. Las monedas para usar en estas máquinas, se consiguen básicamente matando enemigos.
Si hablamos de equipamiento, pues encontramos que siempre tenemos un arma cuerpo a cuerpo y otra de fuego. La variedad existe, hay ametralladoras, escopetas, rifles automáticos, rifles láser, lanzacohetes, machetes, palas, cuchillos, tuberías… Aunque eso sí, el daño lo tendremos que descubrir pegándonos con algún enemigo. Por otro lado, tenemos los dispositivos, que es la categoría en la que entran las torretas automáticas, granadas, minas antitanques, entre otras cosas, y estas las podemos usar con la F una vez equipadas. Lo bueno es que si gestionamos inventario bien, el acceso a este es rápido, y podemos llevar varias armas para cambiarlas cuando haga falta, pues se puede hacer en mitad del combate sin problema alguno.
La parte de roguelike es bastante simple y reducida. Tenemos, por un lado, los dispositivos especiales que se pueden comprar al acabar cada nivel, y que son de uso ilimitado, de manera que podemos ir volviéndonos poco a poco algo más fuertes. Y por otro, las mejoras que se adquieren también en las máquinas expendedoras, las cuales perderemos si nuestro personaje muere, aunque podemos recuperar parte si encontramos nuestro cadáver con el nuevo voluntario, tanto de mejoras como de objetos. Así que digamos, nuestra meta es empezar y acabar una partida del tirón, intentando siempre mantenernos con vida, ya que a más progresemos, mejores cosas encontraremos.
Parece difícil, pero se aprende rápido
Aunque el juego tiene dificultades que obviamente alteran lo que nos costará acabarnos una partida entera, también hay que tener en cuenta la curva de aprendizaje del juego. Al principio, diré que es verdad que cuesta, y eso creo que no se lo puede quitar nadie. El apartado visual y la vista desde arriba, aunque ayudan a crear cierta tensión, en ocasiones puede entorpecer la percepción del jugador, aunque se pueda reducir bastante los efectos de pixel y desactivar algunos otros. Aunque al menos en mi caso, que estoy muy acostumbrado a visuales con pixeles, mi problema ha venido por las velocidades de movimiento y el control.
Empty Shell se juega como un twin-stick shooter en parte, y de ahí le viene un poco la cosa. Si hacemos clic sin más, usaremos el arma cuerpo a cuerpo, y si hacemos derecho+izquierdo, usaremos el arma de fuego. El sprint y la esquiva consumirán además resistencia, así que hay que andarse con ojo, de igual manera que la munición, que se esfuma rápido si nos descuidamos. Pero la problemática al inicio viene cuando descubres que los enemigos son rápidos, van a por ti, y tienen cierto movimiento casi errático, al igual que un poco tu personaje, que parece tener aceleración y cuesta cogerle el ritmo al principio, pero se acaba cogiendo relativamente rápido.
Hay que decir que los enemigos ponen bastante de su parte para que no completemos nuestros objetivos, porque aunque puedan parecer simples al principio, acaban apareciendo enemigos especiales. Estos suelen ser mucho más grande que el resto y agresivos, además de contar con ataques especiales que prácticamente asustan. Y claro, luego tienes los jefes, que también dan unas peleas muy desafiantes en las que prácticamente tienes que preparar el terreno por adelantado.
Por no crear otra sección, la exploración del juego también es bastante decente, especialmente gracias a que cada vez que juegues, es aleatorio. Hay que buscar paredes secretas y documentos, porque se esconde mucho más de lo que parece a primera vista. También debemos anotar algunos códigos y resolver acertijos, por lo que se “complica” todo si lo juntamos con el combate. Además, contamos con un mapa que se va descubriendo para asegurarnos que no nos dejamos ninguna puerta, o por si necesitamos volver a otra habitación ya visitada y no recordamos la ruta.
Me quejé del visual, pero es parte de su identidad
Aunque es cierto que hace nada acabo de decir que su apartado visual podría entorpecer, también tengo que asumir que este juego con otro arte no sería el mismo. Desde el principio del juego, hasta el final, mantiene este rollo de estar viéndolo todo a través de un monitor CRT, incluidas las scanlines si queremos. Esto también se traslada a su apartado de exploración y uso de terminales, todo es muy antiguo, también porque el juego sucede en los 70s, algo que parece haber sido trasladado a gran parte de cosas, aunque algunas están fuera de su época. Mismamente, las interfaces de los terminales que usaremos más a fondo, tenemos que usar comandos de consola, como si estuviésemos en la consola de windows, para movernos entre directorios y abrir sus archivos. En general, es todo como muy retro en lo visual aunque con puntos de tecnología moderna para algunos elementos, y no sé, tiene cierto encanto, y sin duda colabora a tener una atmosfera un tanto asfixiante y que tengas miedo de que puede haber detrás de la siguiente puerta.
Respecto al tema de sonido, decir que aunque no es que cuente con un apartado muy extenso, y es casi todo más tirando a sonido ambiental, Empty Shell cumple muy bien. A mí al menos me ha mantenido siempre en alerta, y los estridentes gritos de muchos enemigos, hacen que te alteres todavía más en combate. Es un juego de sensaciones, y consigue muy bien transmitir en conjunto la angustia de nuestro personaje mientras investiga el complejo. Quizá en este sentido, sinceramente, me ha gustado más de lo que esperaba, pero es que ha conseguido meterme de lleno en el juego, tanto en historia como en gameplay.
Que por cierto, como siempre para acabar, muy buen rendimiento en una GTX 1060 6 GB y, al menos en mi caso, he jugado sin ni un solo problema. Solo alguna comedura de cabeza por la solución de algún puzle, pero poco más.
Conclusiones del análisis de Empty Shell
Con sus más y sus pocos menos, Empty Shell me ha acabado enganchando por completo. Es un título que comienza sencillo, pero te va atrapando en sus niveles y su historia de fondo, cada pasito que das, es un avance hacia la verdad de lo sucedido. En lo jugable, puede que se tarde un poco en pillar el ritmo y sus reglas, pero una vez las entiendes, es rápido y fluido, aunque siempre con cuidado, no queremos que tenga que venir otro voluntario a limpiar el lugar. Cuenta con exploración, algunos puzles y muchos documentos para enterarnos poco a poco de todo, además de una genial atmosfera que te mete de lleno y te angustia con su sonido. A nivel visual es cierto que no es para todos, pero para mi es casi donde más me ha acabado gustando, porque el conjunto encaja muy bien. Sin duda, un juego recomendado.
Nota: 8.5/10
*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Hyperstrange.
** Las screenshots que he subido varían en calidad porque fui cambiando los ajustes gráficos del juego.