28 de abril de 2024
Ion Fury: Aftershock análisis

Análisis Ion Fury: Aftershock – Análisis PC

A estas alturas, creo que muchos ya sabéis que me encantan los juegos de aspecto retro, y que generalmente es con los que más sigo disfrutando a día de hoy. Por eso, me lo he gozado de nuevo como un niño pequeño jugando a la campaña de Ion Fury: Aftershock, tras analizar en 2019 su campaña base en PowerUps. Y aunque es cierto que este DLC también incluye el modo de campaña “arrange», me voy a centrar un poco en hablar de lo nuevo. Así que bueno, esto creo será algo más cortito, porque lo que tenía que decir ya lo dije en 2019, aunque puede que me acabe repitiendo un poco en alguna cosa.

15 nuevos niveles cargados de acción

Ion Fury: Aftershock, en lo que respecta al contenido, introduce los 15 nuevos niveles, pero también un modo de dificultad, niveles en moto, nuevas variantes de armamento y una nueva arma. Junto a todo esto, la posibilidad de recompletar la campaña aprovechando las novedades de Aftershock, con niveles en modo espejo, nuevos encuentros y alguna que otra zona extra. Puede sonar a poco, pero para que os hagáis a la idea, la campaña de Aftershock han sido unas 6 horas de juego, sin tampoco explorar demasiado. Así que imagina, si te rehaces la vieja, o te dedicas a terminar el juego en su nuevo modo de dificultad, hecho especialmente para masoquistas.

Estos nuevos 15 niveles traen de vuelta al Dr. Heskel, que prevé poner de nuevo en jaque a Neo DC con sus soldaditos y diferentes criaturas. Digamos que, en cierto modo, nada nuevo en el horizonte. La historia se desarrolla plenamente con algunos momentos clave en los que tenemos pequeñas conversaciones mediante monitores o situacionales, la cual confieso no haber podido disfrutar del todo al estar en total inglés y no contar con subtítulos. Algo que tristemente también entiendo debido al uso del motor. Lo importante, es que no estamos aquí por su historia, sino por su jugabilidad, y disfrutar de nuevo con Shelly «Bombshell» de la matanza que espera en la ciudad. O al menos, es mi caso.

Ion Fury: Aftershock Análisis

Las locas aventuras de Shelly «Bombshell»

A lo largo de los 15 niveles que jugaremos en Ion Fury: Aftershock, me gustaría recalcar un par de ellos, porque son los que más destacan/me gustan, y creo que aportan puntos bastante interesantes. Lo primero de todo, el añadido de la moto futurista que dispara unos misiles de energía explosivos, capaces de guiarse automáticamente hacia los enemigos fijados. Lo relevante no son los misiles, son los niveles que funcionan plenamente con este vehículo, los cuales tengo sentimientos encontrados. De manera “general” me parecen una auténtica locura, muy frenéticos y divertidos, pero el salto de la moto, no me convence, o bien soy un auténtico desastre saltando en este juego. Algo que sinceramente, no descarto… Pero de verdad que me han parecido unos niveles muy top en cuanto a espectáculo, y con un jefe final en esta zona, muy digno de hacerlo en moto.

Ion Fury: Aftershock análisis

Otra zona que me ha gustado mucho de Ion Fury: Aftershock, especialmente por la ambientación, fue el cementerio y las catacumbas. De repente, de estar reventando enemigos por todas partes, sin miramientos, y en espacios bastante abiertos, nos vemos por oscuros túneles enfrentando muertos vivientes. Por momentos, he pensado estar en un survival horror en primera persona, y ojo, porque algún que otro susto me lo he conseguido llevar. Los enemigos están colocados a traición, y bueno, en la oscuridad, con concentración, todo asusta.

Ion Fury: Aftershock Análisis

Por supuesto, no quiero decir que el resto de niveles sean peores. De hecho, creo que este pack de niveles cuenta con un excelente e incluso mejor diseño que el juego original, no solo en recorrido, sino también en ambientación y arenas. Dejamos tanto espacio cerrado como las fábricas y alcantarillas, para salir a explorar un poco más la ciudad y la naturaleza, incluso el interior de una zona volcánica, junto a lo ya mencionado. Hay también muchísimos atajos para retroceder en el nivel, muchas rutas alternativas para acercarnos al combate, y respecto a las arenas, diría que están algo más medidas, pero cuidado, porque el juego comienza con enemigos muy duros. Sin duda, he disfrutado bastante de estos niveles, y es que seguramente más adelante vuelva a jugar para dedicarme a encontrar cada uno de los secretos, que como siempre son gran cantidad y bien escondidos.

Una dificultad balanceada, pero desafiante

Ion Fury no es que sea un juego difícil, en exceso, pero aun así me decidí pasar esta campaña en dificultad normal. Principalmente, porque hacía ya demasiado tiempo que no jugaba, y bueno, mi misión era ver qué había y escribir esto. También que decidí darle un tiento de primeras en difícil y ya me partieron la cara en el primer nivel, porque como dije, el juego empieza duro, con los enemigos finales de la anterior campaña rondando de primeras. Sin dudas, lo mejor sería encadenar las campañas, tanto por recuperar habilidad como para seguir la historia.

Es cierto, que tampoco es algo extremadamente difícil, pero sí que lo considero desafiante. No solo por los enemigos, sino porque creo que plantea las arenas de una mejor manera gracias a su diseño de nivel. Las arenas cerradas, cuentan con pocos enemigos, pero colocados muy bien y en muchas vueltas de esquina, para que te pille distraído. Por otro lado, los escenarios más abiertos, creo que abusan un poco de los enemigos aéreos, pero también tienes mucho por donde moverte. Hay un par de enemigos nuevos, pero personalmente los considero más como variantes de muchos de los que hay, los que sí son nuevos, creo que son un enemigo tipo robot y el grandullón de la minigun. Aunque sin duda, algo que ha marcado la diferencia, como siempre, es el arsenal y las gadgets.

Es cierto que no recuerdo mucho el arsenal del juego base, y diría que el añadido más importante es el arma de la moto, la cual acabamos llevando nosotros como si nada. Funciona de igual manera, solo que ahora tiene munición. Ahora tenemos una escopeta con munición explosiva especial, y un lanzagranadas aparte con granadas normales y de gas. El añadido de la nueva arma (perdón, nunca me quedo con los nombres), marca un antes y un después a la hora de exterminar enemigos pesados y lejanos por igual, ya que la fijación asegura muertes. De hecho, los jefes me duraron prácticamente un suspiro del absurdo daño que tiene esta arma, y mira que son combates que podrían ser geniales, pero me los ventilé tan rápido que ni me enteré, seguramente tendré que probarlos en dificultades mayores.

Los gadgets siquiera recuerdo si estaban en el juego base, porque seguramente, como aquí, no me han hecho falta. Son pequeñas mejoras temporales que sirven para mejorar nuestro daño, colocar una silla para llegar más lejos, doble salto, drenar vida de los enemigos, etc. Son unos cuantos, eso es verdad, pero rara vez me he acordado de que contaba con ellos en el inventario. Supongo que en dificultades más elevadas, podrán marcar la diferencias. Al final, hay que decir que sigue siendo la misma base jugable, pero con pequeños añadidos, ya que seguí usando escopeta, revolver, ballesta y bombas, muchas bombas, para matar enemigos normales

Ion Fury: Aftershock análisis

Mismos problemas, pero al menos con nuevos temas

Es cierto que podrías pensar que Ion Fury: Aftershock corre en tostadoras, y lo hace, pero veo que el motor sigue teniendo los mismos problemas de optimización que se veían en 2019. Desconozco si se han hecho mejoras desde entonces, que seguro que sí, y aunque no lo comenté en su día, el juego tiene momentos en los que los FPS bajan bastante de repente (quiero pensar culpa de mi CPU), en plan de +100 a 40. Algo que me asombra, sinceramente, pero que por desgracia también he visto que me sucede en juegos que utilizan GZdoom/Build Engine. No es preocupante, pero sí algo molesto cuando pasa, supongo que son problemas que arrastran estos motores. Eso sí, si te pones a rebuscar y experimentar, es posible que encuentres la configuración más óptima para tu sistema.

Por otro lado, algo que sigue teniendo Ion Fury: Aftershock es tremenda banda sonora para acompañar. No importa en que momento estés del juego, algo sonará que te motivará a continuar explorando y explotando cabezas a punta de revolver. El trabajazo que tiene, de nuevo, con la banda sonora de la expansión, me parece de 10.

Ion Fury: Aftershock análisis

Conclusiones del análisis de Ion Fury: Aftershock

Ion Fury: Aftershock es un grandísimo DLC que aporta bastante al juego base, y que merece muchísimo la pena. Pienso que mejora bastante en algunos aspectos como el diseño de nivel y arenas respecto a su campaña base, algo que me asombra, porque ya era bastante bueno, pero se nota más equilibrado. Cuenta con una buena duración, de entre 5-6 horas, que se puede ampliar perfectamente con la búsqueda de secretos o si quieres rejugarte la historia original en el modo arrange. El ritmo es buenísimo, los añadidos como los niveles de moto aportan bastante, y la banda sonora que acompaña vuelve a ser una genialidad. No sé, no le saco nada malo más allá de lo dicho anteriormente, quizá que hubiese estado genial ver todavía más armas o más enemigos nuevos. Vamos, que si te gustó el juego base o te gustan los shooter retro, este DLC debe estar en tu biblioteca sin dudar.

Nota: 9/10

*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Stride PR.


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Blansi

Administrador web. No me complico, me gusta jugar, pero especialmente juegos que emulen aquella fantástica época de finales de los 90s y principios de los 2000.

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